** Lo golea 4 a 0 en la semifinal del Mundial de Clubes. ** PSG, un huracán; Madrid, en el pasmo.

Con movilidad, recambio de posiciones, ocupación de espacios, presión alta y velocidad, el París Saint Germain masacró ayer a un Real Madrid víctima de sus tempranos errores defensivos y de su pasmo ante la sorpresa francesa.

PSG enfrentará en la final al inglés Chelsea, el domingo, por el título del Mundial de Clubes de la FIFA.

París era una fiesta (escribió Hemingway) desde el minuto 6. Los franceses ejercieron presión alta y al minuto 6 de juego provocó el error de Ascencio. El español perdió inocentemente un balón que tenía controlado en el área y pudo romper. Fabián Ruiz lo cazó y marcó el primer gol.

Un error es comprensible, pero 2 en el mismo sitio y por el mismo equipo en sólo 9 minutos es incomprensible. Ahora, Dembélé le aplicó la misma medicina al central alemán del Madrid, Rüdiger, uno de los mejores del mundo en su posición. El francés le robó la pelota con facilidad de cáscara y clavó el segundo.

Los madrileños se pasmaron. Desconectaron las transiciones y en un contraataque a velocidad de 7 toques de primera intención, Fabián Ruiz hizo el doblete que terminó de borrar a los merengues.

Cuando todo estaba definido, al 87, Ramos dio clases de baile en el área madrileña y clavó el cuarto. Al 47, al PSG le habían anulado un tanto más por fuera de juego.

Vinicius, Mabapé y compañía fueron zombis en la cancha. Los únicos que tuvieron coraje deportivo fueron el uruguayo Valverde y el arquero belga Courtois. París Saint Germain, que enfrentará al Chelsea en la final el domingo, mostró un futbol de precisión, velocidad, de sólida conjunción bajo el mando de Luis Enrique, discípulo de Guardiola que amenaza con superar al maestro con el enriquecimiento del estilo y el esquema. Los franceses apuntan a crear un nuevo modelo del futbol asociación, el alma de ese deporte.