Armando Martínez de la Rosa

La decadencia

El de Griselda Martínez Martínez e Indira Vizcaíno Silva es un pleito viejo que formó un cumulonimbus de rencores y malquerencias entre compañeras de partido.

El 13 de febrero de 2016, el PRD suspendió de sus derechos de militante a Indira Vizcaíno porque, luego de perder la elección de diputada federal, se unió al gobierno del priista Ignacio Peralta Sánchez en la Secretaría de Desarrollo Social. Ese mismo día, Martha Zepeda del Toro fue designada delegada especial en Colima en funciones de presidenta estatal del PRD. Detrás de ella actuaba Griselda Martínez.

Acusada de apoyar la candidatura del morenista López Obrador, el 8 de marzo de 2017, Día Internacional de las Mujeres, la hoy gobernadora acusaba al PRD de misoginia. “Las mujeres no podemos trascender y los hombres pueden hacer lo que se les antoja, en el caso de Paco Rodríguez, es uno de los casos, no el único, él apoyó abiertamente a un candidato de otro partido que sí es causal para la expulsión del partido, fue candidato de otro partido que también es otra causa de expulsión del partido y sin embargo no hay proceso al respecto, no ha habido un pronunciamiento de compañeros al respecto, pero si en el caso de Indira, no sé si tiene que ver lo que Indira representa para el PRD o Indira como mujer”, argumentó.

Hoy, Francisco Rodríguez, quien renunció al PAN, es secretario de Fomento Económico del gobierno de Vizcaíno Silva.

El caso desembocó en la renuncia de Indira al PRD en noviembre de 2017 y se unió a Morena sin afiliarse.

En 2021, ganó la gubernatura, mientras la morenista Griselda Martínez se reelegía en la alcaldía de Manzanillo, donde Martha Zepeda del Toro fue secretaria del ayuntamiento en los 2 periodos. Sobrevino la confrontación cada vez más abierta entre las 3 mujeres. El encono creció y el desenlace llegó cuando en 2024 Griselda pretendió la candidatura al Senado. La obstruyó Indira y finalmente Morena decidió que la manzanillense sería candidata senatorial. Pero cometió un error grave: cuando la llamaron para notificarle la postulación, acusó a la campaña de Claudia Sheinbaum de tomarse fotografías con narcos, y la mostró en la capital del país. Nadie esperaría otra cosa que el derrumbe como sucedió.

Griselda y Martha se afiliaron a Movimiento Ciudadano, fueron candidatas al Senado y la alcaldía, respectivamente, y perdieron. Hoy, son acusadas de quebranto financiero por 30 millones de pesos al Ayuntamiento de Manzanillo por la Fiscalía Anticorrupción y, claro, la anuencia o la orden de Vizcaíno Silva para proceder. Falta tiempo y proceso para saber en qué termina el caso.

En otro extremo de conducta política, en 2024 Morena recibió con los brazos abiertos al expanista y exemecista Leoncio Morán Sánchez y lo hizo candidato a la diputación federal por el primer distrito. Ganó, no por él, sino por la operación de partido y todo lo que ello implicó. Y obtuvo Locho que su esposa fuese candidata a la alcaldía de Colima, que perdió ante el panista Riult Rivera.

Todo eso ocurrió a pesar de que contra Locho hay una acusación de peculado por 50 millones de pesos interpuesta penalmente por el sindicato de burócratas municipales. Siendo alcalde de Colima, Morán Sánchez descontó dinero del salario de los trabajadores que debió entregar al Instituto de Pensiones del Estado de Colima y nunca lo hizo. ¿Qué destino tuvieron esos 50 millones de pesos? Aún se desconoce, porque desde el gobierno estatal se ordenó detener todo procedimiento penal contra el hoy diputado federal.

Acusan a unas y perdonan a otro usando el poder político de la gubernatura para favorecer a un partido político, Morena. Con dos varas distintas la justicia mide en Colima.

Ambos casos son ejemplo de la decadencia política de nuestro tiempo. Uno más de tantos. Y quien dude de la decadencia de la política, vea el pleito de ayer entre el presidente del PRI, Alejandro Moreno, y el presidente del Senado, Fernández Noroña. De paso, se ratificó que Noroña es muy bravo cuando pelea con mujeres (casos en aeropuertos) y muy zacatón cuando el pleito es entre hombres. Entonces corre y llora. Ni para eso sirve.