Armando Martínez de la Rosa

Gobernadora, no “buscan”, ya lo hicieron

Del asesinato de la expresidenta municipal de Cuauhtémoc, Gabriela Mejía Martínez, ayer, la gobernadora Indira Vizcaíno Silva ha dicho, entre otras cosas, que

“debemos mantenernos unidas y unidos ante quienes buscan arrebatarnos la tranquilidad”.

Hay mucho que decir del breve discurso de Vizcaíno Silva sobre el caso. Lo primero es precisarle que los criminales no “buscan arrebatarnos la tranquilidad”, ya lo hicieron. Ocurrió desde gobiernos anteriores, aproximadamente de 2008 en adelante. Y en 2021 -fue un hecho contundente- con Indira Vizcaíno en el gobierno, la violencia se desató a tal grado que la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez fue declarada la ciudad más violenta del mundo durante varios años consecutivos. Aún no sale del pelotón puntero de la violencia mundial.

A 2 años de terminarse el sexenio de Vizcaíno Silva, los datos, los hechos, los resultados nos dicen con claridad que el suyo ha sido un gobierno ineficiente, incapaz de terminar la violencia, la delincuencia, la inseguridad, el miedo colectivo. Un gobierno que pasó de la soberbia burlona del inicio a jugar con las palabras para disminuir el deterioro social de Colima. Y sin lograrlo, claro.

Asesinatos, desaparición forzada de personas, extorsiones, cobro de piso, secuestros, incendio de negocios y de automóviles son el pan cotidiano en la mesa colimense horneado en el fuego de la impunidad. Una Fiscalía General del Estado dirigida por el ahijado de la mandataria que ha resultado un fiasco de funcionario que considera que entre menos se informe de los crímenes, éstos desaparecen.

Tiene escuela, la de su madrina, que se reúne en las mañanas a… nada, a verse la cara unos a otros los paladines de la seguridad, desde la Policía Estatal hasta la Defensa Nacional, pasando por la Marina, la Guardia Nacional, las policías municipales y los alcaldes. ¡Cuánta preocupación para nada, absolutamente nada! Puro bla, bla, bla.

Muy activo está, en cambio, el gobierno de Vizcaíno Silva para la formación de “imagen” con becas y similares, alentando -como si estuviera en una fiesta de adolescentes- la candidatura de la alcaldesa de Manzanillo, Rosa María Bayardo, que converge con su jefa hasta en el crecimiento de la violencia en el puerto y en la persecución política a la exalcaldesa exmorenista Griselda Martínez, a la regidora Martha Zepeda y a buena parte del equipo griseldista.

El fracaso del gobierno morenista está en los resultados sangrientos, en la incapacidad para enfrentar al crimen, en el desinterés por actuar, en la indolencia frente a la violencia que no “busca” arrebatarnos la tranquilidad a los colimenses, ya nos la arrebató desde unos meses después de que Indira Vizcaíno Silva llegó a la gubernatura.