Héctor Sánchez de la Madrid
Para Paty, que luchó con inteligencia
y denuedo para hacer realidad el sueño
de tener un México más justo, honesto e
igualitario. Valió la pena, ¡te felicito!
En solfa
Me sorprendieron los resultados de los comicios presidenciales, creí que ganaría Xóchitl Gálvez, nunca esperé los números avasallantes que conocimos minutos antes de la medianoche del domingo, sin embargo, hay algunos puntos que pudieran explicar la derrota de Gálvez Ruíz y consecuentemente la victoria de Claudia Sheinbaum Pardo, mismos que voy a comentar en esta columna.
El primero y más importante fue la intervención permanente del presidente Andrés Manuel López Obrador, antes y durante el proceso electoral presidencial, en sus conferencias mañaneras en contra de la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, a quien agredió y ofendió un día sí y al siguiente también, difamándola y calumniándola sin ton ni son.
Los incesantes ataques presidenciales a la aspirante de la oposición al máximo cargo público en el país la afectaron e hicieron mella sin que la autoridad electoral conminara enérgicamente al titular del Poder Ejecutivo a que respetara la ley respectiva o, en su caso, lo denunciara ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que dejara de agredirla.
Seguramente influyó de forma relevante lo que dijo el mandatario federal el reciente 27 de mayo en su conferencia mañanera: “Es más que una elección. Lo del domingo es un referéndum, es un plebiscito, es una consulta. No es nada más que elegir a las autoridades, elegir al partido, ¡no!, es elegir el proyecto de nación que queremos. Eso es lo que se va a decidir.
“El 2 de junio se va a decidir si se quiere que el país siga estando liderado por una oligarquía. ¿Queremos que el país siga siendo, como antes, de un pequeño grupo, de una minoría que engañaba porque no había democracia? Era una oligarquía con fachada de democracia porque al pueblo no lo tomaban en cuenta. ¿O queremos que de verdad se establezca en México una auténtica, una verdadera democracia?
“El voto es la única manera que tiene el pueblo para lograr que las cosas cambien en su beneficio. Por eso hay que salir a votar, todos, todos”, finalizó su convocatoria. Y eso es lo que sucedió el domingo, ríos de personas acudieron masivamente a votar obedeciendo a López Obrador para que sufragaran por él a través de la candidata Claudia Sheinbaum. No salieron solamente por el llamado de Xóchitl Gálvez.
Y aunque no estaba el nombre del tabasqueño en la boleta, millones de fanáticos que lo idolatran acudieron a las urnas a apoyar su Movimiento de Regeneración Nacional. El presidente encontró la fórmula de traspasar su popularidad, su preferencia ciudadana, a su pupila favorita, a Sheinbaum Pardo, mediante la entelequia que él creo y denominó la 4ª Transformación. Le funcionó de maravilla, hay que aceptarlo.
Sin embargo, algunas partes no cuadran, son extrañas. como la tardanza de la Consejera Presidenta del INE, Guadalupe Taddei Zavala, para dar a conocer unos resultados que eran amplios y claros; que los votos oficiales fueran menos que hace 6 años si fue notable el aumento de la afluencia a las urnas en todo el país y en el extranjero; también el ciberataque al Instituto Electoral de la CDMX que lo sacó del aire por horas.
Los actos, las marchas y los cierres de campaña de Xóchitl fueron multitudinarios, espontáneos y libres, ¿cómo entonces Claudia prácticamente le ganó 2 a 1? El mismo día de los comicios, numerosos votantes abuchearon y corearon ¡fuera, fuera! a conocidos y destacados colaboradores de la candidata oficialista que nunca conectó con sus prosélitos, la mayoría de ellos acarreados y pagados.
Hará bien la candidata de la oposición en impugnar los comicios presidenciales por el descarado uso del aparato del Estado para apoyar a la aspirante del oficialismo y la intervención del crimen organizado que amenazó y asesinó a decenas de candidatos opositores. Gálvez dijo: “Esto no termina aquí. Sí presentaremos las impugnaciones que prueban esto que les digo y que todos sabemos. Y lo haremos porque no podemos permitir que tengamos otra elección igual a esta”.
La intromisión del presidente López Obrador en la elección presidencial fue descarada, así como el uso del aparato del Estado para favorecer a la candidata oficialista Claudia Sheinbaum en contra de la aspirante de la oposición Xóchitl Gálvez, quien valiente y estoica resistió los embates y denunció ante la autoridad competente los delitos cometidos por la máxima autoridad del país. La lucha por la democracia y por la República aún no termina, redoblemos esfuerzos por preservarlas ante la amenaza real de una dictadura.