** En la huida, los ladrones dejaron la corona de Eugenia Montijo llena de diamantes y esmeraldas.
Asaltaron el parisino Museo de Louvre de día, apenas abierto, se llevaron una cantidad aún indeterminada de joyas, pero dejaron en el camino una de las piezas más valiosas de la colección del recinto francés, la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo.
La pieza tiene 1354 diamantes y 56 esmeraldas y elaborada para que la emperatriz la luciera en la Exposición Universal de 1855. Nunca coronada, fue esposa de Napoleón III.
La sutileza no es el estilo de estos bandidos. Apenas abría el museo las puertas, los asaltantes entraron a una sala mediante una escalera de grúa. Rompieron la ventana y amenazaron con armas al público. No hubo lesionados.
Se llevaron muchas piezas valiosas histórica y monetariamente, pero tampoco se ve que estén bien ilustrados, pues en el escape dejaron la corona de la emperatriz de Montijo, un tesoro por sí misma. La administración del museo informó ayer mismo, domingo, que estaba valuando el robo y revisando los posibles daños a la corona que los ladrones tenían en el botín y tontamente perdieron.
A ver cómo les va con quienes los enviaron a robar.
