Armando Martínez de la Rosa

** Derrotan los españoles a los franceses 2 a 1 y se instalan en la final a la espera de rival que saldrá hoy del partido entre Inglaterra y Países Bajos, en la Eurocopa.

Es casi un niño. Marcó ayer el hasta ahora mejor gol de la Eurocopa 2024 y condujo de la mano a España a instalarse en la final al derrotar 2 a 1 a Francia. Se llama Lamine Yamal Nasraoui Ebana y el sábado cumplirá 17 años.

Es casi un niño y no se asusta ante los rivales, ni le imponen los estadios y sus públicos. Se ha acoplado a los grandes jugadores de su selección con una naturalidad de hijo de familia en la cena de Navidad.

Es casi un niño y corre por las bandas a la velocidad de un gacel y elude defensas como si se enfrentara a los amigos del barrio y no a los figurones del balompié europeo y mundial.

Es casi un niño y todavía sonríe como niño, como ayer, luego de zafarse la marca, entrar a perfil cambiado y patear con fuerza a segundo palo para poner el balón en el ángulo de la portería francesa para que su equipo, España, empatara el juego a 1 en ese momento y minutos más tarde le diera vuelta al marcador.

Hijo de inmigrantes, padre marroquí y madre de Guinea Ecuatorial, nació y se crió en el barrio obrero de Esplugas de Llobregat, en Cataluña, llegó a La Masía, el complejo deportivo del Barcelona, a los 4 años de edad. Hoy juega en la primera división ibérica y en la selección española.

Ayer, España perdía en la semifinal ante Francia desde el minuto 8 con gol de cabeza de Kolo Muani a pase perfecto de Mbappé, la estrella que no brilló en la Eurocopa. Al 21 vino el gol de Yamal, una obra de arte si las hubiera en el balompié. Fue el empate, sí, y también una inyección de aliento vital para la Furia Roja, que al 25 remontó con tanto de Dani Olmo, el veterano que ha salido de la banca para suplir con creces a castigados y lesionados, según se necesite.

De nuevo, la Orquesta Sinfónica de España dio un concierto de futbol, de cómo se ejecutan los sistemas de juego, cómo se toca, recibe, conduce y golpea la pelota y cómo se mueve un futbolista cuando no tiene la redonda. En esa orquesta, Yamal es el primer violín, el Paganini de las canchas.

Con Carvajal en la tribuna por expulsión en el partido anterior, Pedri lesionado y Le Normand fuera por acumulación de amarillas, los ibéricos mostraron ayer el punto menos fuerte del conjunto, la defensa. Menos fuerte no significa débil. En la final dispondrá de los tres.

Resulta ocioso preguntarse acerca del futuro de Yamal cuando el casi niño escribe hoy un presente luminoso. El telescopio James Webb, de la NASA, debiera enfocar a Yamal para captar en tiempo real el nacimiento de una estrella.

De paso, hay que decirlo: también en el balompié se manifiestan los beneficios de la conjunción venturosa de inmigrantes y residentes, el fenómeno demográfico y cultural de la Europa de estos días.

Hoy se sabrá quién enfrenta a España en la final, Inglaterra o Países Bajos. No hay favorito. Lo dan por Sky Sports, a la una de la tarde.

(Foto: Yamal y su gol.)