Armando Martínez de la Rosa
** Pierde Sheinbaum batalla contra maíz transgénico ** Anuncia legislación para prohibirlo, pero el Tratado con Canadá y Estados unidos autoriza importarlo. ** Colima y Jalisco, región de maíces silvestres nativos, antecesores del maíz que se cultiva actualmente.
En Colima y Jalisco crecen especies silvestres de maíz nativo que fueron la base de la aparición de las 59 variedades del maíz contemporáneo que se cultiva en el país.
Ambos estados podrían salvar, con esas reservas, el maíz mexicano expuesto a la probable contaminación genética proveniente del maíz genéticamente modificado que se importa a México desde Estados Unidos y Canadá gracias al Tratado México, Estados Unidos y Canadá que firmó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Luego de que el gobierno de Claudia Sheinbaum perdió el litigio contra la importación de maíz transgénico, la presidenta anunció que México legislará para evitarla.
Sin embargo, tanto la exportación como la importación de maíz genéticamente modificado están autorizadas por el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), surgido de la revisión del primer Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. El TMEC fue negociado por un equipo del entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y firmado por su gobierno cuando ya era presidente en funciones.
Por tanto, México debe acatar lo establecido por el TMEC. De infringir las normas, habría sanciones económicas.
El maíz transgénico es un cereal genéticamente modificado para hacerlo más resistente a las plagas y a herbicidas como el glifosato y más grande la mazorca, para obtener mayores rendimientos por hectárea.
Organizaciones ambientalistas argumentan que hay el riesgo de contaminación genética de cultivos de maíz transgénico a maíces mexicanos nativos y, por tanto, de modificación de la genética y la eventual desaparición de las especies mexicanas.
Respecto del glifosato, aducen que es potencialmente cancerígeno, aunque no está probado científicamente que lo sea. Ese agroquímico se utiliza para combatir hierbas que aparecen en los sembradíos maiceros y en especial ciertas variedades de sorgo que nacen junto al maíz.
Otro de los peligros es que las especies nativas generen resistencia a los herbicidas y pesticidas, esto es, que no hagan efecto y por tanto queden expuestas sin defensa a las plagas.
SIERRA DE MANANTLÁN Y SUS MAÍCES NATIVOS
En México, territorio donde se originó el maíz, hay 59 variedades nativas de maíz y de sus mezclas pueden obtenerse otras nuevas y generar resistencia a plagas.
En la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, en territorios de Colima y Jalisco, prolifera uno de los maíces silvestres más antiguos, el teocintle zea diploperennis, llamado en esa región maicillo.
“La sierra de Manantlán es uno de los doce sitios privilegiados por su tesoro biogenético en Mesoamérica: alberga una nutrida parentela silvestre del maíz, el frijol, la calabaza, la papa, la papaya y el tomate, plantas que fueron domesticadas en la región hace miles de años. Esta riqueza quedará amenazada si no avanza la declaratoria de ‘zona libre de organismos genéticamente modificados’, que ya cumple dos años de haberse planteado”, el 17 de febrero de 2006, informó el periódico ambientalista Verdebandera, el 25 de marzo de 2008.
En la Reserva hay un maíz silvestre nativo además del Teocintle zea diploperennis, se trata del Zea mays subespecie parviglumis, el antecesor directo del maíz que se cultiva en México. Otras especies nativas que hay en la región de Jalisco y Colima pueden utilizarse en el mejoramiento de las 59 variedades de maíz que hoy se cultivan en México.
Actualmente, la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán es por decreto zona libre de organismos genéticamente modificados. Y ha creado una reserva de germoplasma de los maíces silvestres nativos.
Tal es la importancia de conservar los maíces nativos y sus antecesores.
(Foto de Alexander Hermosillo: Planta de Teocintle zea diploperennis de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, de Colima y Jalisco, antecesor del maíz contemporáneo.)