Armando Martínez de la Rosa

** Su manera de escribir es muy rica, como lector has de zambullirte en ella. Es cierto que es denso, cada palabra está muy buscada, y hace una cosa que en húngaro está prohibida: escribir frases muy largas, sostiene su editor en catalán.

Autor maldito, apocalíptico, denso, difícil, todo eso han dicho los críticos del escritor húngaro László Krasznahorkai, a quien la Academia Sueca le asignó ayer el Premio Nobel de Literatura de 2025.

También él ha contribuido a generar tal apariencia, tanto que el título de su primera novela es Tango satánico. Y hasta ayer era poco conocido, restringido a los lectores de vanguardia. Por ejemplo, sus editores en catalán revelaron ayer que la primera edición de esa novela tuvo un tiraje de mil ejemplares y ahora buscan de urgencia un impresor que les entregue 3 mil de urgencia, porque se va a vender como pan caliente.

Krasznahorkai escribe también guiones de cine basados en sus novelas para el director Bela Tarr, que no es precisamente un inocente de la imagen.

Nacido en Hungría el 5 de enero de 1954 (71 años), Krasznahorkai ha sido fiel a sus convicciones personales de alejarse de la propaganda, la “vida literaria” y escribir en la soledad de las montañas y en aislamiento. También empujado por la imposición de silencios de la dictadura comunista de sus años juveniles. Ni así pudo evitar que la fama le llegara.

“Su obra Tango Satánico, dice la Academia Sueca, ‘reafirma el poder del arte en medio del terror apocalíptico’. La frase parece escrita para él: pocos autores han sabido convertir el derrumbe —personal, político o espiritual— en una forma de belleza”, ha publicado Cambio, de Colombia, ayer mismo.

En opinión de Cambio, estos son los “libros esenciales” para conocer a Krasznahorkai

Tango satánico (1985): su primera y más emblemática novela. Un retrato coral de la decadencia humana.

La melancolía de la resistencia (1989): una alegoría sobre el miedo y el desorden social, adaptada al cine como Armonías de Werckmeister.

Guerra y guerra (1999): la obsesión de un archivista que intenta salvar un manuscrito del olvido.

Al norte la montaña, al sur el lago (2003): un puente entre su visión occidental y la espiritualidad oriental.

Seiobo descendió a la Tierra (2008): historias cruzadas sobre la belleza, el arte y lo divino.

El barón Wenckheim vuelve a casa (2016): sátira y tragedia en una Hungría imaginaria que refleja todas las demás

SUS EDITORES EN CATALÁN SE SACARON LA LOTERÍA

“Cuando decidimos publicarlo sabíamos que era una voz no muy conocida. Krasznahorkai tiene esa aura de autor maldito y difícil, pero no lo es. ¡Es un genio!”, explica Bosch. “Su manera de escribir es muy rica, como lector has de zambullirte en ella. Es cierto que es denso, cada palabra está muy buscada, y hace una cosa que en húngaro está prohibida: escribir frases muy largas, que a veces son capítulos enteros, ¡Krasznahorkai ha roto la gramática húngara! El resultado es una prosa que se parece mucho al flujo de pensamiento. Hay que dejarse llevar por ella”.

Editaron mil ejemplares de Tangosatánico en plena pandemia y ahora buscan de urgencia un impresor que les fabrique 3 mil. La editorial pequeña y reciente se sacó la lotería con el Nobel para su autor hasta ayer casi un desconocido.