Armando Martínez de la Rosa

Despacho Político

De tan absurdos, algunos hechos de la política se vuelven inexplicables. Y ahora se nos juntaron en Colima.

1.- Ya tarde ayer, casi noche, nos enteramos de que tenemos un nuevo diputado federal por Colima y en Colima nadie lo conoce. Es probable que el legislador tampoco conozca Colima ni haya puesto nunca un pie en esta tierra nuestra de cada día.

Es de Morena, claro, y se llama Sebastián Ebrard Lastrade. Y sí, es sobrino de Marcelo Ebrard Casaubón, exsecretario de Relaciones Exteriores del gobierno de Andrés López, excorcholata, exdenunciante de las trampas de Claudia Sheinbaum en el proceso de selección de candidato presidencial de su partido, senador con licencia y futuro secretario de Economía de Sheinbaum.

Ebrard Lastrade llegó a la curul en sustitución del colimense Vidal Llerenas, político cercano a Marcelo Ebrard, quien ha hecho carrera política en la capital del país. Llerenas solicitó licencia a la diputación plurinominal y así llegó Sebastián Ebrard, el sobrino suertudo.

[Por cierto, un dato: Flavio Julio Nepote Augusto, último emperador del Imperio Romano de Occidente, llegó al trono gracias a casarse con una sobrina de la emperatriz Verina, esposa del emperador de Oriente León I Magno, quien encumbró a su sobrino político. Del sobrenombre Nepote, que en latín significa sobrino, proviene el vocablo actual nepotismo.]

2.- Mientras en Colima se desarrollaba, como en muchos otros estados, el Simulacro Nacional 2024 por los sismos del 19 de septiembre, la gobernadora Indira Vizcaíno Silva estaba en la Ciudad de México. Según ella, gestionado esto y aquello. La grilla la atrae más que las responsabilidades de la gubernatura.

3.- De repente, Locho Morán, diputado federal ahora de Morena, se nos volvió indigenista, afromexicanista y defensor del medio ambiente.

En sus afanes por explicar cómo vota en la Cámara de Diputados, Locho nos ha soltado un rollo en que esencialmente afirma que los pueblos indígenas de México han sido guardianes de nuestra cultura y nuestras tradiciones.

A Locho se le olvida, o no sabe, que la cultura mexicana es mestiza, producto de la convergencia, violenta y todo, de la cultura española y de las múltiples culturas mesoamericanas, una nueva cultura mestiza que es más que mezclas raciales.

De tal mixtura, proviene la religión católica, el lenguaje que hablamos, la agricultura y la industria que practicamos, las ciencias y las humanidades, las artes y la gastronomía, la música y la pintura, el canto, la literatura, la arquitectura, la navegación marítima, las leyes y la definición de un territorio nacional luego de la creación del Estado mexicano que no existía. En suma, lo que hoy somos: una nueva cultura que surgió del encuentro violento. Somos mexicanos.

Que por lo menos se documente.

En esa nueva circunstancia, los pueblos originarios también modificaron su realidad. ¿Que hace falta equidad y justicia para ellos? Sí, es verdad, como falta para la gran mayoría de los mexicanos, entre otros quienes se ven forzados a emigrar a Estados Unidos en busca de trabajo.

Y falta justicia para los asesinados, los desaparecidos forzadamente, para las mujeres asesinadas, para sus familias, para los torturados, para los desempleados, para los despojados, para los extorsionados, para las víctimas de la corrupción política, para los desatendidos y los mal atendidos por el sistema de salud de la Nueva Dinamarca. Y para muchísimos mexicanos más.

A Locho lo ha revolcado una nueva ola de demagogia por su insistencia de estar pegadito al poder político.