Armando Martínez de la Rosa

** Salen de Pumas Miguel Mejía Barón y Eduardo Saracho en una limpia que irá a fondo en el club de la UNAM.

Al canto josealfrediano de “diciembre me gustó pa’ que te vayas…”, han salido de Pumas el vicepresidente deportivo, Miguel Mejía Barón, y el director de estrategia, Eduardo Saracho.

Que Pumas haya hecho un torneo ridículo y futbolísticamente miserable ha comenzado a pasar facturas y ha puesto a los aficionados unamitas dispuestos a partir progenitoras. Los directivos primero, cortaron a varios jugadores que de hecho estaban inactivos por lesiones o por “no entrar en planes”, si bien algunos como Nicolás Freire, Leo Suárez, Piero Quispe y el petardón Aaron Ramsey ya estaban más cortados que filete para carne en su jugo.

Como fuere, Mejía Barón ya se había hartado de la directiva de Pumas, pues esta fue la tercera vez que presentó la renuncia y como a la tercera es la vencida, esta vez sí se la aceptaron.

Diferente es el caso de Saracho, cuya tarea era la negociación por jugadores que el club decidía comprar. Saracho quería continuar en el club, pero le dijeron que no.

Ahora falta ver el destino del presidente del club, Raúl González, y del entrenador Efraín Juárez.

Para relevo de Mejía Barón se menciona al canterano puma Antonio Sancho, quien brilló en ese cargo en Tigres, donde disponía de un presupuesto mucho más elevado que en su equipo de origen.

Como el drama y el novelón parecen ser marca de la casa, Pumas está a punto de perder la contratación de Chicho Arango, pues ha metido las narices Xolos, que tiene dinero de sobra. Y como a Pumas le ha dado por ayudar a los adultos mayores, está detrás del contrato del colombiano exmadridista James Rodríguez, de 34 años, apenas 3 menos que quien sería su DT, Efraín Juárez.