Armando Martínez de la Rosa
Mentiras del pasado reciente
Mintió hasta el hartazgo sobre el sistema de salud pública. Demagogo de pura sangre, López aseguró que construiría uno como el de Dinamarca. Derrochó 219 millones de pesos en una bodega a la que nombró con el ridículo mote de megafarmacia, que surtía 65 recetas al día.
Destruyó el anterior sistema de compra de medicamentos que funcionaba bien aun con eventuales fallas. Acusó de corrupción a tal sistema, pero no metió a nadie a la cárcel, muy a su estilo de prevaricador. Negó que hubiera falta de medicamentos en centros de salud, clínicas y hospitales públicos. Y cuando la realidad se imponía, volvía a prometer que solucionaría la carencia de inmediato.
La gente padecía y padece aún esa manera irresponsable de gobernar, especialmente en un asunto de primera importancia: la salud pública. A muchos les costó la vida.
Ahora, la presidenta Claudia Sheinbaum ha exhibido de refilón a López al anunciar que remediará la carencia de medicamentos en 2 meses. Esperemos que lo haga. Parece recurrir al mismo sistema que diseñó Julio Frenk Mora, secretario de Salud de Vicente Fox. ¿Por qué? Simple: así funciona el comercio mundial de medicamentos. Se deben comprar con 2 años de anticipación.
Otra gran mentira del pasado reciente fue la de “abrazos, no balazos”, que benefició a los bandidos, particularmente a los cárteles de las drogas, a los que López parece deberles grandes favores y en Washington lo saben.
Sheinbaum ha cambiado en los hechos esa política, en silencio, sin pregonarlo. Puso al frente del asunto a Omar García Harfuch, que está golpeando a los cárteles. Hoy se entiende por qué López lo vetó cuando Sheinbaum lo propuso para ser candidato a jefe de gobierno de la Ciudad de México. Finalmente -vueltas que da la vida-, a López le salió ese abrazo por la culata.
Puede ser que la presidenta trate de demostrarle a Trump que ahora sí se combate a los cárteles en México y que ella no está dispuesta a repartir abrazos. Tal vez. El caso es que no hay otro camino. Lo correcto es que se acaben los apapachos a los bandoleros.
Leves señales de cambio. Ya veremos si perduran y se extienden como se necesita. Por lo pronto, se prueba que el gran demagogo del pasado reciente hizo de la mentira sistemática su política fundamental.
(Foto: Hospital Civil de Oaxaca a punto de colapso, la semana pasada.)