** La propuesta implementa un protocolo de atención encaminado a brindar estrategias que el médico pueda utilizar día a día, para no sólo disminuir los síntomas, sino prevenir que vaya a presentar este síndrome.

El síndrome de Burnout (quemado, fundido) es una respuesta al estrés en ambientes laborales. Cobra importancia porque no es un estrés que permita al trabajador cumplir sus labores, sino todo lo contrario. Al volverse crónico, afecta a las personas tanto emocional como físicamente. “Existe una despersonalización y baja realización personal”, dijo Alma Delia Zurroza, estudiante de la maestría en Psicología de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima.

Este síndrome cobra relevancia especialmente en lugares de gran estrés como son los hospitales, donde laboran las personas dedicadas al cuidado de la salud. “Entonces pensamos -agregó Zurroza- ¿cómo alguien que tiene estar al pendiente de la salud, no la tiene?”. A partir de allí ella y el Dr. Roberto Montes comenzaron a buscar estrategias que ayuden a los médicos residentes a afrontar el estrés laboral.

Roberto Montes Delgado, de la Facultad de Psicología, y Alma Zurroza, con recursos de la convocatoria Fortalecimiento de la Investigación 2024 de la Universidad de Colima, desarrollarán el proyecto: “Eficacia de un Programa de Adiestramiento en Inoculación de Estrés para disminuir los síntomas y su relación con biomarcadores asociados a Síndrome de Burnout en médicos residentes del Hospital Regional Universitario”.

Su propuesta “es implementar un protocolo de atención encaminado a brindar estrategias que el médico pueda utilizar día a día, para no sólo disminuir los síntomas, sino prevenir que vaya a presentar este síndrome”.

Trabajarán con médicos residentes que están en proceso de especialización en diferentes áreas de la medicina. “Es personal sometido a altas presiones de estrés”.  En un primer acercamiento, dijo Sorroza, evaluaron a 22 médicos, de los cuales el 72% presentó el síndrome de Burnout. “Estamos hablando de una cantidad elevada de médicos que empieza a tener afectaciones en su estado de salud, pero que también se extiende a los derechohabientes, a sus compañeros y al mismo sistema de salud”.

La idea, explicó la psicóloga, es aplicar adiestramiento en Inoculación de Estrés, “que es una metodología específica bajo técnicas cognitivo-conductuales, así como una medición de biomarcadores que tienen que ver con mediciones fisiológicas que permitirán corroborar la efectividad de estos programas”.

Medirán el cortisol, “una hormona que nuestro cuerpo secreta cuando estamos sometidos a niveles de estrés de manera continua y que afecta la salud en general. Medir el cortisol nos permitirá conocer, a nivel fisiológico, el impacto que las técnicas cognitivo-conductuales tienen en el personal médico en formación” explicó Zurroza.

Es importante también, agregó Montes, “comenzar a generar conciencia sobre este tema a través de diversas áreas, pues la salud mental es importante para preservar no sólo las emociones de los individuos, sino también la salud física”.

En esta propuesta de intervención participan también profesores investigadores de la Facultad de Medicina, del Bachillerato 4, así como estudiantes de licenciatura y maestría.