** Definió al acto de escribir como una extraordinaria forma de comunicarte con las demás personas, “de reconocerte a ti mismo en el otro, de encontrar resonancias y hacer nuevas amistades”.

Elementos como el mar, las olas, los recuerdos de la infancia, el amor y las experiencias místicas, son algunos de los temas abordados en la poesía de Jetzabeth Fonseca, que en días pasados participó en el programa Rabo de Luna, coordinado por la también poeta y promotora cultural Zeydel Bernal, con apoyo de la Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad de Colima.

La invitada compartió con el público en la explanada del Teatro Universitario, además de su obra poética, aspectos de su proceso creativo, al que definió como un momento místico de revelación que ocurre casi siempre en la soledad de su habitación. “Hay ocasiones en las que me llega la inspiración de golpe, a veces en momentos en los que ni siquiera estoy pensando en escribir y justo esos son los momentos en los que siento que me llega la verdadera poesía”, señaló.

Dijo, además, que su vocación poética se debe en gran parte a que es una observadora de la vida y de las manifestaciones del mundo, y definió al acto de escribir como una extraordinaria forma de comunicarte con las demás personas, “de reconocerte a ti mismo en el otro, de encontrar resonancias y hacer nuevas amistades”.

Comentó que de niña gustaba de la lectura y su mamá le compraba libros, que en general eran de cuentos, así que su primer encuentro con la poesía fue en los libros de texto de la primaria y para el tercer año de primaria, dijo, descubrió el gusto por escribir cuando le regalaron su primer diario. “En los libros de texto fue donde me enganché con la poesía, me encantaba cómo sonaban las palabras, cómo las leía el maestro; recuerdo perfectamente que buscaba dónde había más poemas dentro de los libros de texto”.

Algunos años después, señaló, llegó a sus manos poesía de Griselda Álvarez y una antología de Jaime Sabines, entre otros libros que incrementaron su gusto por este género literario. “A lo largo de mis primeros años con la poesía, no tuve ningún mentor ni fui a talleres literarios ni a lecturas de poesía, por lo que mi formación fue autodidacta, leer y leer toda la poesía que llegaba a mis manos”. Comentó que ya cerca de sus 25 años, cuando ganó el certamen de Poesía de Manzanillo, comenzó a descubrir el ambiente literario local y estatal y fue invitada a participar en la agrupación literaria “Escapistas”, donde se encontraban algunas figuras de la poesía colimense como Víctor Manuel Cárdenas, Carlos Ramírez Vuelvas, Martha Gutiérrez, Sergio Contreras y Avelino Gómez, entre otros. “Al poco tiempo de formar parte de esta asociación civil fui nombrada presidenta y de esta manera empecé a trabajar en la promoción cultural, principalmente organizando el Festival de Poesía de Manzanillo”.