** Da algunas señales del estilo que pretende establecer el Vasco Aguirre, pero sigue sin rumbo claro.
Sin enemigo al frente, México ganó anoche 2 a 0 a Arabia Saudita y se clasificó a la semifinal de la Copa de Oro. Su adversario será Honduras, que derrotó ayer mismo a Panamá en penales.
Con un pésimo primer tiempo, en el segundo México dio algunas leves señales del estilo de juego que pretende establecer el Vasco Aguirre en el equipo tricolor. Tampoco es nada del otro mundo ni mucho menos, pero es evidente que falta mucho trabajo a un año del Mundial.
Aguirre continúa experimentando y probando jugadores como es normal e indispensable en un proceso de preparación para una competencia de máximo nivel, el Mundial. Metió de inicio al jovencito de 16 años, Gilberto Mora, en el enganche, y a Lira por el lesionado Luis Chávez. Mora cumplió y nunca se arredró e incluso probó el disparo de media distancia y asistió a la ofensiva. Lira también cumplió en la contención, su postura natural.
El resto del equipo fue el mismo de partidos anteriores, con la ausencia de Orbelín y Montes, este último suspendido por acumulación de 2 amarillas.
Arabia nunca representó peligro. Se replegó a resistir y deshacer el juego mexicano. El primer tiempo se terminó en 0 a 0. En el segundo, el Tri buscó armar ofensivas y finalmente encontró el gol mediante Alexis Vega, que recibió un balón por izquierda, entró al área, disparó y contrarremató el rechace del arquero, al minuto 49. El tanto fue confirmado tras revisión del VAR.
En la celebración, Vega mostró una camiseta con el número 24, el de Luis Chávez, que sufrió rotura de ligamentos cruzados y probablemente se perderá el Mundial, salvo que se acelere la recuperación médica y la de ritmo futbolístico.
Al 80, Tilón Chávez jr. metió un balón alto al área, Santi Giménez hizo por ella y provocó error de la defensa árabe y autogol, para el 2 a 0. De nuevo, México mostró una carencia fundamental: carece de un creativo solvente en la media cancha. Y no se ve de dónde lo vaya a sacar el Vasco.
