** Hallaron un grupo de fitoplasmas ya reportado en Michoacán, Tabasco, Veracruz y Yucatán, pero también a dos grupos más, uno que no estaba reportado anteriormente en el país, sólo en Brasil, y otro más del cual no se tenía antecedente alguno en el mundo.
Debido a la gran importancia económica que tiene el cultivo de la papaya en Colima, Pedro Valadez Ramírez, docente de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (FCBA) de la Universidad de Colima, campus Tecomán, desarrolla el proyecto “Identificación de fitoplasmas y rickettsias en agroecosistemas de papaya con Bunchy Top en Colima, México”.
Explicó que su investigación fue susceptible de financiamiento, porque para el país y especialmente para Colima, el fruto de la papaya es muy importante. “Colima ocupa el segundo lugar como mayor productor a nivel nacional y es el principal exportador, además de que se conoce poco sobre la causa de la enfermedad mundialmente conocida Bunchy Top o Arrepollamiento del cogollo.
De acuerdo con la literatura científica, “la enfermedad podría ser causada por virus, fitoplasmas y/o rickettsias, aunque hay reportes de infecciones mezcladas en otros países; es decir, que más de uno de estos organismos podrían estar juntos en una misma planta, lo cual complica su diagnóstico en campo. Algunos productores han reportado hasta un 70% de incidencia, lo que quiere decir que, de 100 plantas, 70 son las que estarían afectadas”. Las rickettsias son bacterias que causan enfermedades graves en humanos y animales. Aunque son pequeñas, su impacto puede ser significativo. La prevención y el diagnóstico temprano son fundamentales para un buen pronóstico, de acuerdo con expertos.
Las plantas con Bunchy top se caracterizan por una reducción en la distancia que ocupan los pecíolos de las hojas (o entrenudos) en el tallo, lo que conduce a un arrepollamiento de las hojas apicales, que es lo que bautiza a la enfermedad. “Estas hojas pueden presentar amarillamiento, clorosis, necrosis y deformaciones. Sin hojas funcionalmente viables, no hay suficiente amarre de frutos o estos son de baja calidad, por lo que la productividad de la planta se ve comprometida, y en casos de mayor severidad de la enfermedad, la planta muere”, expuso.
Valadez Ramírez mencionó que para desarrollar el proyecto, desde 2019 se tuvo un acercamiento inicial con productores de Tecomán, Armería, Ixtlahuacán y Colima, donde había presencia de la enfermedad, “lo que permitió la recolección de 256 muestras de tejidos de papaya, además de 185 morfoespecies de insectos y de 174 ejemplares de malezas, para conocer si estos últimos podrían participar como potenciales vectores y/o reservorios naturales de los organismos causantes del Bunchy top”.
Agregó que de acuerdo con los hallazgos de la investigación se encontró a un grupo de fitoplasmas que ya estaba reportado en Michoacán, Tabasco, Veracruz y en la península de Yucatán, pero también a dos grupos más, uno que no estaba reportado anteriormente en el país, únicamente en Brasil, y otro más del cual no se tenía antecedente alguno en el mundo. “Algo que resultó curioso fue que menos del 2% de cada grupo de las muestras analizadas fueron positivas a fitoplasmas”.
En el caso de insectos, dijo, se encontraron dos especies portadoras de fitoplasmas (la chicharrita Balclutha mexicana y el membrácido Micrutalis calva), mientras que, de las malezas, un quelite (Amaranthus palmeri) y un zacate (Echinochloa colona) resultaron positivos, por lo que estos organismos se suman como nuevos registros a nivel mundial”.
Precisó que, en el caso de rickettsias, estuvieron presentes en 28% de las muestras de papaya con Bunchy top, pero de forma sorprendente un porcentaje similar de muestras sin manifestaciones de la enfermedad también fueron positivas.
En cuanto a los insectos recolectados, nuevamente B. mexicana y Chlorotettix emarginatus (otra chicharrita) fueron positivos, mientras que, de las malezas, además de A. palmeri y E. colona, otras seis especies más resultaron positivas. “En nuestro caso, de todas las posibles especies de rickettsias que pudieron estar presentes en las muestras positivas, sólo dirigimos esfuerzos para confirmar a la especie R. bellii, siendo la primera vez que se reporta en una planta cultivada (papaya) y en los insectos y malezas antes señaladas”. Señaló que las publicaciones con los resultados de esta investigación estarán disponibles próximamente al público en general. “A pesar de que en la investigación se han descubierto datos importantes, falta mucho por estudiar”.
El Bunchy top, destacó, “nos ha permitido ver si hay microorganismos que están conviviendo en los tejidos de papaya infectados con fitoplasmas y/o rickettsias, que puedan ayudar a sobrevivir a la planta frente a la enfermedad o a distintos organismos causantes de otras enfermedades, lo cual podría convertirse en una estrategia de control biológico que volvería al sistema de producción de papaya un poco más sustentable”.
“Actualmente también tenemos un avance en el conocimiento de la presencia de virus en plantas con Arrepollamiento del cogollo, y se está evaluando si los insectos que resultaron positivos son los que diseminan ambas bacterias de la planta de papaya a las malezas o viceversa”, indicó.
Agradeció a los productores de la región e invitó a seguir colaborando con la Universidad de Colima para lograr un mayor conocimiento sobre esta y otras enfermedades que representen amenazas importantes al cultivo de la papaya.
El proyecto de tesis doctoral fue financiado por SENASICA y se desarrolló en colaboración con investigadores del Colegio de Postgraduados Campus Montecillo (institución que le otorgó el grado académico), además de Marco Tulio Buenrostro y Carlos Luis Leopardi, así como dos estudiantes egresados de la FCBA de la Universidad de Colima.