Armando Martínez de la Rosa

** Afirma que el cine estadounidense está muriendo.

Ahora Donald Trump se metió de cácaro y boletero. Sucede que se le ocurrió imponer aranceles de 100 por ciento a las películas producidas en el extranjero para proteger a la industria fílmica de Estados Unidos.

Habrá que esperar la respuesta de Hollywood y la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas estadounidense, de los productores, directores y actores de cine. Una gran parte de las películas de productores de Estados Unidos se ruedan en locaciones extranjeras y numerosos actores y técnicos de ese país trabajan en otras naciones.

“La industria del cine en Estados Unidos está muriendo muy rápido. Otros países están ofreciendo toda suerte de incentivos para sacar de Estados Unidos a los productores y los estudios lejos de Estados Unidos. Hollywood y muchas otras áreas dentro de Estados Unidos están siendo devastadas. Este es un esfuerzo concertado por varios países y, por tanto, un asunto de seguridad nacional. Esto es, además de cualquier cosa, mensajería y propaganda. Por tanto, estoy autorizando al Departamento de Comercio y a la representación comercial estadounidense, a empezar inmediatamente el proceso de establecer 100% de aranceles a cualquiera y a todas las películas que vengan a nuestro país que sean producidas en el extranjero. Queremos cine hecho en Estados Unidos otra vez”, publicó Trump en X, ayer.

Estados Unidos es el cuarto mayor productor de cine del mundo, detrás de India, Japón y China. Una gran cantidad no precisada de filmes en inglés producidos en el extranjero tienen financiamiento de Estados Unidos o son coproducciones internacionales. Más de 500 largometrajes se estrenan en ese país cada año, mientras en México, cuya industria cinematográfica se ha desarrollado, produce unas 250 películas anuales, muchas de las cuales consideran en su distribución a la población hispanohablante del país del norte.

El valor anual de la producción cinematográfica del mundo es de casi 100 mil millones de dólares.

Luego de los líos en que ha metido a su gobierno por los aranceles y el revire chino y japonés de sacar a la venta Bonos del Tesoro de Washington por miles de millones de dólares, esto es, deuda externa, los intereses a pagar se han elevado y con ello la deuda estadounidense, Trump ha reculado en varias ocasiones. Y ahora, metido de cácaro, boletero y velador del cine, ha abierto otro frente interno.

Una parte considerable del financiamiento de la industria del cine en Estados Unidos es capital israelí o judío, lo que incluye las cadenas de distribución, salas de proyección y la compra de derechos de exhibición de películas tanto nacionales como extranjeras. Su industria cinematográfica es emblema de la globalización financiera y cultural. ¿Entiende Trump que el cine es mucho más que ver una película comiendo palomitas?