Armando Martínez de la Rosa
** Otra vez, el Metro, las calles y hasta la Cámara de Diputados se llenaron de agua de lluvia.
Caótica de por sí, ahora la Ciudad de México se ha vuelto un océano imposible de navegar. Las inundaciones por 3 días de lluvias constantes la han casi paralizado, casi ahogado, mientras los gobernantes y los políticos buscan justificaciones a su ineficiencia en lugar de soluciones.
Cada año, las inundaciones son peores y causan más estragos. Gobernada desde hace 28 años por la izquierda (PRD y Morena), la ineficiencia ha sido la marca de las administraciones capitalinas en todos los rubros y especialmente en materia de servicios públicos.
Esta semana ha sido ejemplo de incapacidad para desahogar la urbe y los gobernantes pretenden imputar a las lluvias excesivas de las inundaciones y el caos.
Con el Metro inundado, las calles convertidas en ríos, el tránsito vehicular trastornado más de lo habitual y hasta la Cámara de Diputados bajo el agua, las respuestas meramente verbales de los políticos dejan a la Gran Ciudad en condición de que cada poblador se las arregle como mejor pueda.
Clara Brugada, jefa de Gobierno, antes que anunciar soluciones de fondo, merodea en las justificaciones.
“Ha llovido en la ciudad como hace cuatro décadas no había llovido. Y está lloviendo el doble de lo que generalmente llueve en promedio cada año. La intensidad de la lluvia ha sido muy fuerte. No es lo mismo que llueva y llueva en toda la ciudad, a que de repente en una zona llueva muy fuerte, durante una hora, media hora, porque con eso nos provoca daños superiores”, dijo Brugada ayer al recorrer la zona afectada por inundaciones en Iztacalco.
En el Metro, decenas de miles de usuarios tuvieron que cruzar pasillos inundados para llegar a los andenes. La concurrida terminal Pantitlán, en las Líneas 5 y A, los policías colocaron dovelas a modo de puente para que los usuarios no se mojaran las piernas.
La administración del Metro habló de otra cosa, que los trenes sí estaban en servicio. Los usuarios aglomerados y mojados no le importaron.
Construido hace 44 años en su edificación moderna, el Palacio Legislativo de San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados, se inundó. Y el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, afirmó que la reparación del inmueble es asunto de primera importancia.
“También en la Cámara de Diputados tuvimos afectaciones delicadas que tenemos que atenderlas por seguridad de las personas, pero también de los legisladores y de las actividades propias del Poder Legislativo”, sostuvo Monreal Ávila.
Igualmente para él, la lluvia es responsable de llover. Como en la canción de Cri Cri, casi entonó: “Llueve, llueve, ¡uuuy, cómo llueve!”. Monreal Ávila dijo que la precipitación pluvial ha sido de carácter atípico y que el Palacio Legislativo tuvo afectaciones “delicadas” que no pueden dejarse sin atención.
“Tenemos que atenderlas por seguridad de las personas, pero también de los legisladores y de las actividades propias del Poder Legislativo” y los trabajos de reparación y prevención se harán con recursos propios, provenientes de ahorros y economías internas, evitando así solicitar presupuestos adicionales. Y van a continuar lloviendo agua y pretextos.