** Es el curso de verano más importante en el estado, diseñado desde la UdeC con una gran cantidad de actividades, donde los niños y las niñas no sólo se divierten, sino que también aprenden, explicó el rector Christian Torres Ortiz.

A días de que se concluya, el curso de verano Loromanía 2024 está dejando una huella imborrable en los 400 niños que lo están tomando. Este emblemático programa, que se ha consolidado como el más importante de su tipo en el estado, ofrece una experiencia educativa y recreativa única durante las vacaciones escolares.

En entrevista, luego de tomar la foto oficial en el estadio olímpico universitario, el rector de la Universidad de Colima, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, dijo que se trata del curso de verano más importante en el estado, “diseñado desde la UdeC con una gran cantidad de actividades, donde los niños y las niñas no sólo se divierten, sino que también aprenden”.

Blanca Liliana Díaz Vázquez, presidenta del Voluntariado de la UdeC, explicó que para organizar un curso de verano con las características que tiene Loromanía, es necesario un trabajo previo de más de 4 meses. En ese lapso, deben resolver toda la logística, revisar el estado de las instalaciones, encargar las playeras y el kit que se entrega a cada niño participante y definir los temas a desarrollar.

El curso, además, debe quedar listo antes del periodo vacacional de la UdeC. “Es mucho trabajo -reconoció Blanca Liliana-, pero lo hacemos con entusiasmo y gran ánimo. Somos muchas personas detrás de este esfuerzo y estamos muy contentos del resultado que estamos logrando”. 

Loromanía, una aventura de verano, dijo Blanca Liliana, es un curso activo y divertido para niños de 5 a 13 años, que sirve además como taller de prácticas para 80 alumnos de la Facultad de Ciencias de la Educación. “Para ellos y ellas es un laboratorio viviente, un escenario en el que ponen en práctica lo que aprenden en las aulas”.

Aprendizaje, Diversión y Valores

Durante dos semanas, de 9 de la mañana a una de la tarde, los niños inscritos juegan, aprenden y se divierten. Reciben talleres de danza, taekwondo, karate, ajedrez y talleres de ciencias. 

“No sólo ven temas deportivos, sino que también realizan actividades en las que los ponemos a analizar y les estimulamos la libertad de pensamiento, de análisis y de crítica”, dijo Liliana Vázquez. “Todos los días aprenden algo nuevo. Las niñas y niños ya se están formando desde esta temprana edad con los valores universitarios; son pequeños que en un futuro tal vez sean estudiantes nuestros. Es un curso muy animado, pero sobre todo de mucho aprendizaje”, resaltó. 

Explicó que este año aceptaron menos niños (por lo general aceptan hasta 600) debido a que están reparando el polideportivo central. “Esta vez la clausura será en el Teatro Universitario, por lo que tuvimos que ajustarnos al aforo de este teatro. Quedaron muchos papás en lista de espera. Esperamos tener listo el polideportivo para el próximo año y que podamos recibir 600 niños y niñas”.

Un gran esfuerzo que vale la pena

La presidenta del Voluntariado dijo que a pesar del trabajo que representa el curso, “valen la pena todos y cada uno de los días que dedicamos a la construcción de Loromanía. Trabajamos toda la mañana prácticamente bajo el sol, con este calor tremendo que hace, y sin embargo aquí estamos todos, monitores y monitoras, el personal de apoyo de la Dirección General de Cultura Física y Deporte, del Voluntariado, dándolo todo por estos niños, por verlos salir sonriendo, con una carita alegre, queriendo regresar y pidiéndonos que extendamos el curso más allá de dos semanas”. 

“Vale la pena por el resultado que vemos todos los días con los niños, que se van contentos, contándoles a sus mamás y papás las maravillas del curso, que estuvieron felices y que no quieren que termine. Eso es lo más satisfactorio para quienes trabajamos y ponemos nuestro granito de arena”, resaltó.

Como cada año, en esta edición de Loromanía invitaron a 80 niños de la colonia Mirador de la Cumbre. “Tenemos muchos niños que han aprendido a nadar en el curso de verano. Acercarse a la UdeC es algo que disfrutan y desde esa edad les estamos fomentando la idea de que la educación es lo más importante que pueden tener en su vida. Queremos sembrarles la semillita de que algún día ellos pueden prepararse y tener una carrera”.

Explicó que son dos semanas del curso porque los estudiantes que apoyan deben regresar a clases y las dependencias a sus labores habituales. “Sólo dura dos semanas, pero son muy divertidas”.

La responsabilidad central del curso de verano recae en el Voluntariado, comentó Blanca Liliana Díaz Vázquez, “pero contamos con el apoyo de la Facultad de Ciencias de la Educación, con un equipo de trabajo integrado por la Dra. Roxana, Paola, Melisa, Rogelio y el Mtro. Piña. La dirección de Deportes nos apoya con las actividades deportivas y la facultad con las actividades recreativas. El Voluntariado está a cargo de la logística, de ver que todo esté en tiempo y forma”.

Agradeció el apoyo de Difusión Cultural, con profesores y estudiantes de danza, quienes están montando las coreografías de la clausura. 

Tanto ella como el rector agradecieron la confianza que las familias depositan en la UdeC, en su Voluntariado, para llevar a cabo el curso.