Armando Martínez de la Rosa
** Un grupo de maestras se manifiestan frente a Palacio de Gobierno luego de muertes de profesores en accidentes de la autopista a Manzanillo. ** Murió la señora Socorro Hernández Gil que viajaba en auto prensado entre tráileres.
Un grupo de maestras protestaron ayer afuera de Palacio de Gobierno para exigir justicia por la muerte de la señora Socorro Hernández Gil, quien falleció anteayer en un accidente en la autopista de Manzanillo a Colima. Su auto quedó prensado entre 3 tráileres que colisionaron.
Dijeron que ellas han tenido que viajar durante años por la que llamaron “la carretera de la muerte” a trabajar a Manzanillo de lunes a viernes y han visto morir a numerosos maestros y otros que han resultado heridos reciben atención médica deficiente o nula porque el gobierno estatal incumple pagos a los nosocomios particulares con que tiene contrato de servicios para el magisterio.
“¡Exigimos vigilancia carretera!”, “¡Justicia, justicia, justicia!”, “¡Ni una más, ni una más, ni una más!”, corearon las manifestantes.
Propusieron a la gobernadora Indira Vizcaíno Silva viajar “sin su séquito, en su carro” por la autopista para que conozca el peligro que representa a los viajeros. La gobernadora “es indolente”, sostuvo una de las manifestantes.
Denunciaron que el cuerpo de la señora Hernández ha estado retenido en el Semefo por trámites burocráticos en la Fiscalía General del Estado.
Demandaron que se le pague a la familia de la fallecida los gastos funerarios.
La señora Hernández no era maestra, pero tenía una estrecha relación con el profesorado porque les surtía, aun sin pago inmediato, los materiales escolares que necesitaban las profesoras para impartir clases. El pago se hacía con dinero de los padres de familia. La suma es de millones de pesos.
Luego, la señora Hernández era obligada por las autoridades educativas a facturar a nombre de la Secretaría de Educación, cuando el dinero era de los padres de familia y la dependencia no erogaba un solo peso. Es decir, aparentaban un gasto que no hicieron y lo simulaban mediante la factura que obligadamente emitía la señora hoy fallecida.
Respecto de las deficiencias en los servicios médicos al magisterio, revelaron que “nos construyeron una clínica de mentiras”, en la que no hay médicos ni medicamentos.
Exigieron a los líderes magisteriales intervenir y no sólo buscar votos en campañas electorales cuando “quieren ser diputados”. Dijeron desconfiar de esos dirigentes, tanto federales como estatales.