Armando Martínez de la Rosa

** Reportada desaparecida, la doctora Gallegos Zepeda fue encontrada sin vida en su departamento en la Ciudad de México. ** La Fiscalía capitalina determinó suicidio.

¿Suicidio o feminicidio? La muerte de la doctora Indira Gallegos Zepeda en la Ciudad de México ha conmocionado a amplios segmentos de población por los elementos que rodean el caso de una joven profesionista destacada en el duro medio de la formación médica.

Originaria de Chihuahua, la doctora Gallegos se encontraba en la etapa de internado en el Centro Médico Nacional Hospital Siglo 21 de la Ciudad de México. El internado es un proceso que los médicos deben cumplir en su larga formación profesional. De 33 años de edad, era una anestesióloga exitosa, destacada en el nosocomio, el más importante del país.

Vivía sola en la capital del país en un departamento en la colonia Santa María la Ribera. El 9 de enero, su hermana la reportó desaparecida luego de que no contestaba las llamadas telefónicas. El 11 de enero, la madre y la hermana de la doctora acudieron al departamento. Ahí, el portero del edificio, les abrió la puerta, ingresaron y encontraron a la doctora sin vida en su recámara.

La joven profesionista fue vista con vida por última vez cuando salió del hospital y se dirigió a su departamento. En los días posteriores a su desaparición, el caso cobró relevancia nacional en redes sociales. Se pedía ayuda para localizarla. Las cámaras del edificio donde residía mostraron que llegó sola y no salió más.

Una vez que se conoció su fallecimiento, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México investigó el caso. En tanto, las redes sociales fueron foro de las más diversas especulaciones. Muchos internautas demandaron aclarar la muerte de la joven doctora.

Pronto, la Fiscalía llegó a una conclusión: la doctora Gallegos murió por “edema e infartos pulmonares”. La causa fue el suicidio. Se habría inyectado paroxetina y fentanilo, que extrajo del hospital. Tal fue el dictamen del perito Mauricio Cerón.

¿Qué la indujo al suicidio? La doctora habría entrado en una crisis de depresión luego del rompimiento con su pareja. Padecía además bipolaridad. Tal es el resultado de la investigación de la Fiscalía.

No obstante, en redes sociales algunos internautas culparon a la expareja de la doctora, de quien no se sabía nada en los primeros días posteriores a la desaparición. La Fiscalía no le fincó responsabilidad alguna porque no la tenía.

Pese al resultado de las investigaciones de la Fiscalía, la polémica persiste. Es comprensible que eso suceda en un país donde el feminicidio es alarmantemente frecuente, cotidiano y, sobre todo, delito muchas veces impune.

Entre enero y octubre de 2024, conforme a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se cometieron 667 feminicidios, cantidad que se incrementó el resto de ese año y en noviembre llegó a 733. El total se conocerá cuando el Secretariado dé a conocer los registros del año.

Por separado, están las cifras de mujeres desaparecidas forzadamente, lo que agrega dimensión al delito de feminicidio, pues muchas desaparecidas son asesinadas.

Más allá de si la investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México llegó a conclusiones correctas en el caso de la doctora Gallegos, se hizo evidente que el feminicidio es una sombra negra que cubre a todo el país y lleva a los ciudadanos a sospechar en cada caso que pudiera serlo.