Armando Martínez de la Rosa
** Mercancías no consideradas en el TMEC pagarán los gravámenes impuestos por Estados Unidos. ** Llama Sheinbaum a fortalecer el mercado interno. ** La tasa cero, producto de la gestión de Sheinbaum ante Trump, afirma Marcelo Ebrard.
México no pagará aranceles por la exportación a Estados Unidos de mercancías consideradas en el Tratado México, Estados Unidos y Canadá, pero deberá cubrir los de autos (25 por ciento) y partes automotrices (por conocerse el 9 de este mes), acero y aluminio.
La tasa cero a exportaciones mexicanas abarcan los productos agropecuarios, la electrónica, los medicamentos y en general los incluidos en el acuerdo comercial trinacional.
Eso es producto, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum, de la buena relación con Estados Unidos basada en el respeto mutuo. Así despejó dudas acerca del resultado de la política arancelaria de Donald Trump respecto de México.
Sobre la industria automotriz, Sheinbaum expuso que hay interés de empresas europeas como Volkswagen y BMW de ingresar al TMEC, para lo que sería necesario que fabricasen la mayor parte de sus componentes en México, dentro del TMEC.
Volvo, de Noruega, anunció ayer la inversión de mil millones de dólares más en su planta en México.
No obstante, corrieron versiones de que tanto las armadoras alemanas como la noruega valoran migrar a Estados Unidos para evitar aranceles. En realidad, sólo evitarían los gravámenes a componentes fabricados en Estados Unidos, salvo que en las negociaciones de México con Estados Unidos se llegue a otro acuerdo.
“Tenemos los próximos 40 días para esas negociaciones”, dijo el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, convocado a la conferencia de la presidenta. Ebrard se manifestó optimista e indicó que México salió bien librado por las conversaciones de la mandataria mexicana con Donald Trump.
Con todo, la norma estadounidense es clara: se descontará del arancel la parte correspondiente a componentes fabricados en Estados Unidos. Al resto de cada unidad se le cargará la porción del impuesto a piezas no manufacturadas en el vecino del norte.
Sheinbaum llamó la atención de las firmas europeas con la ventaja de la cercanía de México para exportar a Estados Unidos.
Hay otra consideración: si México persiste en la lucha contra el narcotráfico, en particular contra el de fentanilo, y la contención de la migración, tendrá beneficios adicionales y la tasa de aranceles de 25 por ciento a toda mercancía fuera del TMEC se reducirá a 12 por ciento.
Las exportaciones mexicanas que sin estar en el TMEC se beneficiaban por la cláusula de “nación más favorecida” han quedado sin esa ventaja y se interesan ahora por entrar al acuerdo comercial. Sheinbaum invitó a los empresarios exportadores a seguir esa ruta.
La presidenta respondió a la pregunta sobre las críticas de Trump al tratado de comercio -dijo que era un mal acuerdo- asegurando que el presidente estadounidense se refería al firmado en diciembre de 1993 y que entró en vigor el 1 de enero de 1994, firmado por el entonces presidente Enrique Peña Nieto.
Por la tarde, Sheinbaum se reunió con empresarios, gobernadores, sindicalistas y otras fuerzas políticas para exponer la marca Hecho en México, que es parte del Plan México, para fortalecer el mercado interno.
“En el Museo Nacional de Antropología anunciamos 18 programas y acciones vinculados al Plan México, que fortalece el desarrollo de nuestro país. La integración con Estados Unidos es fundamental, pero también reforzamos nuestra economía.
Haré todo lo que esté en mi mente, mi corazón y mis manos para estar a la altura del pueblo. Juntas y juntos haremos el mejor México posible; tenemos lo principal: mucho pueblo”, sostuvo la mandataria al resumir la reunión vespertina. México tiene con su vecino del norte una balanza comercial favorable por 171 mil millones de dólares anuales -comparación entre sus exportaciones e importaciones-. Sin embargo, dijo la presidenta, en el nivel global la balanza es desfavorable a México, porque el valor de las importaciones es superior al de las exportaciones.