Armando Martínez de la Rosa

** A las exportaciones chinas, sólo 10 por ciento. ** La sanción, por permitir que drogas e inmigración ilegal lleguen a Estados Unidos, se aplicarán desde hoy.

Los aranceles a México, Canadá y China son “un castigo” por permitir que drogas y migrantes lleguen a Estados Unidos, afirmó ayer en conferencia de prensa el presidente Donald Trump, en la Oficina Oval de la Casa Blanca.

Trump advirtió que, por ahora, no hay nada que esos países puedan hacer para evitar la carga arancelaria extraordinaria.

A partir de hoy, 1 de febrero, las exportaciones de México a Estados Unidos pagarán al fisco estadounidense 25 por ciento de impuestos extraordinarios. La misma medida se aplicará a las mercancías canadienses enviadas a su socio del sur.

Aunque China también pagará aranceles extraordinarios, serán de sólo 10 por ciento del valor de la exportación. Trump no explicó la razón de la diferencia de tasas.

Se abre así una etapa guerra comercial entre Washington y sus 2 socios comerciales más importantes en el continente, México y Canadá. En su primer mandato, Trump impuso aranceles extraordinarios a varias exportaciones mexicanas, especialmente el acero y el aluminio, con el argumento de la procedencia china de esas mercancías.

En México, la presidenta Claudia Sheinbaum llamó a mantener la calma y anunció que en caso de aplicarse los aranceles, como ocurrirá desde hoy, “tenemos un plan A, un plan B y hasta un plan C”. No explicó en qué consisten.

En la conferencia matutina, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, indicó que los aranceles encarecerán muchas mercancías mexicanas a los consumidores estadounidenses, tales como automóviles, pantallas, televisores, equipo médico y otros electrónicos.

Las exportaciones mexicanas no petroleras sumaron el año pasado 617 mil millones de dólares, de las cuales 84 por ciento se envían a Estados Unidos, esto es, unos 500 mil millones de dólares.

Trump alega que el desbalance comercial con México significa un subsidio de Washington a su socio por unos 150 mil millones de dólares al año. Y sostiene que muchos productos mexicanos importados por Estados Unidos tienen componentes chinos no permitidos a los socios del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (TMEC), que será revisado el año próximo.

LOS AFECTADOS

Los aranceles no los paga el exportador, sino el importador en Estados Unidos y, por consecuencia, debe aumentar el precio de venta al consumidor final.

Según Trump y sus asesores, eso se compensa con la creación de empleos en su país que entonces debe producir en su territorio las mercancías extranjeras. Tal el legendario caso del Efecto Lavadora, cuando a las lavadoras importadas se les aplicaron aranceles. Sí hubo más empleos, pero cada plaza de trabajo nueva terminó costando a los consumidores finales estadounidenses 840 mil dólares anuales.

Tales efectos han sido revelados por estudios de economistas serios e instituciones. El principal es inflación, que Trump prometió combatir.

Sin embargo, uno de los principales asesores de Trump, Peter Navarro, negó que se produzcan tales efectos de carestía e inflación. No mostró pruebas, simplemente lo negó, en una suerte de versión estadounidenses de “nosotros tenemos otros datos”.