Armando Martínez de la Rosa

Despacho Político

Christian Torres Ortiz Zermeño podría no terminar el segundo periodo rectoral que hoy asume en la Universidad de Colima.

Reelecto para 4 años más, el rector acumuló en el primer cuatrienio un volumen de trabajo abrumador, enfrentó -y aún encara- dificultades propias de la función pública y las ha sorteado de manera acertada. Por ejemplo, la reducción del subsidio federal que afectó a todas las casas de estudios superiores públicas el sexenio pasado. Ya estatalmente, la administración del entonces gobernador Ignacio Peralta Sánchez había incumplido plazos de entrega de la subvención estatal. Con pocos ingresos propios, las instituciones de educación superior públicas dependen de esos dineros para cumplir sus múltiples funciones, entre las que la enseñanza es la más importante, pero no la única.

Aplicó un programa de austeridad auténtica, ajustó los gastos y eliminó otros, de modo que aún en la estrechez pudo solventar egresos extraordinarios en la reparación de los daños causados por el terremoto del 19 de septiembre de 2022. Y a lo largo de sus primeros 4 años, la Universidad de Colima ha ampliado su infraestructura física, sus equipos de enseñanza e investigación, ha financiado investigación científica y social con dinero propio y cumplido puntualmente el pago de salarios y prestaciones de profesores y trabajadores, así como ha cubierto obligaciones ineludibles como las del IMSS, el Infonavit y Hacienda.

Su programa de extensión universitaria ha abierto puertas con todos los sectores sociales y particularmente con empresas de la iniciativa privada que becan a cientos de estudiantes. Con las organizaciones patronales ha entablado una relación de capacitación a empresarios y sus trabajadores en beneficio de éstos y la producción de bienes y servicios. Un ejemplo productivo: la sinergia con el puerto de Manzanillo y sus empresas.

Un rector debe tener tacto político. Torres Ortiz ha construido relaciones productivas y de mutuo respeto y colaboración con el gobierno estatal, el federal, muchas otras universidades públicas y privadas mexicanas y extranjeras. El rector colimense dirige varios organismos de asociaciones universitarias dentro y fuera del país. Es reflejo de la confianza y reconocimiento que genera su trabajo.

Alumnos, profesores e investigadores de la casa de estudios colimense se han destacado en el país y el extranjero. Obtienen becas en concursos para asistir a instituciones de Norteamérica, Europa y Asia. Ganan premios y reconocimientos, lo mismo en humanidades que en artes o ciencias exactas.

Y otros sobresalen en el deporte de manera notable. Igual sucede con las artes, área en que muchos de sus maestros y alumnos han destacado mundialmente.

Muchos más publican sus trabajos en revistas científicas especializadas, se capacitan en universidades de prestigio mundial o cursan temporadas en grandes laboratorios científicos. Acuden lo mismo a congresos nacionales, continentales que mundiales. Amplia es la gama de su participación como extensa y múltiple es la naturaleza de sus funciones. Todos reciben capacitación periódica en la universidad.

Quien en Colima necesita capacitación en actividades industriales, agropecuarias, comerciales, de emprendimiento, de trabajo social o en deportes y artes, acude generalmente a la Universidad de Colima a sabiendas de que encontrará respaldo y calidad.

En otras áreas, como la ambiental, sobresale internacionalmente por sus programas de conservación y extensión de la flora. ReforestAcción es el programa que agrupa tales tareas y ha recibido reconocimiento internacional.

Todo eso lo desarrolla una de las universidades más pequeñas del país, que se ha posicionado, en cambio, entre las sobresalientes.

Para tales logros, se requiere de la actividad de toda la comunidad, alumnos, maestros, trabajadores y directivos. Y sobre todo, de un liderazgo serio, inteligente e impecablemente honesto. Ahí es donde se encuentra Christian Torres Ortiz.

¿Por qué señalo entonces que podría no terminar su segundo periodo rectoral? Porque sin acudir a la grilla política ni a la militancia de partido, el rector se ha ubicado, o mejor dicho, lo ubican ciudadanos y líderes sociales, en la antesala de una eventual candidatura a gobernador en 2027. Falta que él lo acepte. No lo sé. Sólo digo lo que veo desde fuera como lo ve mucha gente. Ni siquiera sé si le interesa tomar ese rumbo. De postularse estaría entre los mejores, sin importar qué partidos lo respaldaran.

Y si se concretara esa probabilidad, Torres Ortiz se la habrá ganado con trabajo. Podría ser un excelente gobernador y tendría que dejar la rectoría, claro.