Armando Martínez de la Rosa

** El Colegio Cardenalicio tiene un plazo de entre 15 y 20 días para designar al Pontífice que releve a Francisco. ** Puede ser antes de ese plazo.

Luego de la muerte del Papa Francisco, el Colegio Cardenalicio deberá reunirse en un cónclave del que surgirá el nuevo Pontífice de la iglesia católica mundial.

Conforme a las leyes que rigen al catolicismo, el Colegio Cardenalicio, formado por los cardenales del mundo, deberá reunirse a partir de 15 días de que el trono de San Pedro quede vacante, a fin de que todos los cardenales puedan arribar a Roma. En caso de que lleguen antes de ese plazo, podrá adelantarse la deliberación, que se hace a puerta cerrada (eso significa cónclave en latín). En caso de faltar cardenales, el plazo máximo será de 20 días y en todo caso la asamblea deliberará y votará con los presentes. Los cardenales de 80 años de edad o más quedan excluidos del cónclave.

Usualmente, de los reunidos en el cónclave se elige al nuevo Papa, aunque conforme a las leyes del catolicismo mundial cualquier católico puede ser electo, lo que nunca ha ocurrido.

Los cardenales debaten -al menos tal es el propósito- acerca de las características que debe reunir el nuevo pontífice. En los hechos, se negocia entre grupos de poder eclesiástico que se disputan la designación y suelen estar de por medio intereses muy terrenales, sobre todo financieros.

Hospedados en la residencia Santa Marta, los cardenales son trasladados a la Capilla Sixtina para reunirse. Tienen vedada toda comunicación con el exterior. Los teléfonos celulares, cámaras y otros medios están prohibidos en el cónclave, lo que vigila la Policía Vaticana.

Votan 2 veces al día, en secreto, en una papeleta que es depositada en una urna previo juramento de autenticidad en latín. Violar esta norma puede llevar a la excomunión de los infractores. Si después de 13 rondas no ha sido electo un papa, se va a una segunda vuelta definitiva entre los 2 candidatos más votados. En todo caso, se requiere el sufragio de al menos 2 tercios más uno.

Una vez electo, se le pregunta al ganador si acepta. En caso de declinar, se reanuda el proceso. Si acepta, escoge un nombre a llevar en el papado, se le toma juramento, se viste con la ropa papal (hay disponibles en 3 tallas). Luego, un cardenal quema las papeletas de la elección a las que se agrega una sustancia química para que el humo sea blanco y salga por la chimenea del edificio vaticano. Tras cada ronda, si no hay elección, se queman sin el producto para que el humo sea negro. Tras la elección, un cardenal sale al balcón a informar Habemus papam, esto es, Tenemos papa. En seguida, el nuevo Papa se presenta en el balcón y da la bendición Urbi et orbi (a Roma y el mundo).