Armando Martínez de la Rosa

** Su ministerio define el concepto de catolicismo que ha practicado en su vida tanto al lado de los humildes como en El Vaticano.

El Papa León XIV ha sorprendido al mundo y más a muchos católicos. De él se ha dicho que era hasta ayer un “desconocido”. Y lo era como lo son la mayoría de los cardenales. ¿Alguien puede nombrar o siquiera saber el número de cardenales que hay tan sólo en México? Muy pocos podrían.

León XIV será el Papa de los Humildes y profundizará la política del Papa Francisco. Sus acciones previas, a lo largo de su vida, lo anuncian así. Y el nombre elegido, el siguiente de León XIII, el Pontífice que promulgó la revolucionaria encíclica Rerum Novarum.

Robert Francis Prevost Martínez, hoy León XIV, nació en Chicago, hijo de padre estadounidense de ascendencia francesa e italiana y madre española, nació el 14 de septiembre de 1955. Consagrado en la Orden de San Agustín, se graduó en matemáticas en la Universidad de Villanova, Pennsylvania, y posteriormente estudió filosofía. En 1981 jura votos y se ordena sacerdote en 1982, en Roma. Se gradúa en Teología en Chicago y luego es enviado por su Orden a Roma a estudiar Derecho Canónico en la Pontifica Universidad de Santo Tomás de Aquino, a los 27 años de edad.

En 1984, mientras prepara su tesis doctoral, recibe la orden de trasladarse a la misión agustiniana de Chulucanas, provincia de Piura, Perú, donde su perspectiva pastoral daría un giro que lo habría de definir para el resto de su vida. En 1987 defiende su tesis doctoral en Illinois, estado donde se encuentra la ciudad de Chicago. Al año siguiente regresa a Perú, donde desempeña diversos cargos en las misiones agustinianas, donde es párroco de Santa Rita, en una de las zonas más pobres de aquel país (1988-1999). Vuelve a Chicago en 1999 y en 2002 es elegido prior general de la Orden de San Agustín.

En 2014, el Papa Francisco lo designa administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, de la que será obispo desde el 26 de septiembre de 2015. Y en marzo de 2018 fue elegido vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana, dentro de la cual también es miembro del Consejo Económico y presidente de la Comisión de Cultura y Educación. En 2020, el Papa Francisco lo designa administrador apostólico de la diócesis de Callao, Perú. En ese periodo, adquiere la nacionalidad peruana.

“El 30 de enero de 2023, el Papa lo llama a Roma como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, promoviéndolo a arzobispo. Y en el Consistorio del 30 de septiembre del mismo año lo creó y nombró cardenal, asignándole el diaconado de Santa Mónica”, precisa The Vatican News.

EL “DESCONOCIDO”

Prevost era un “desconocido” para el católico común, a excepción de los peruanos. Su llegada a El Vaticano con el respaldo del Papa Francisco lo facultaron para múltiples tareas al lado del Pontífice, cuya hechura es en parte, es decir, se identifica con las posiciones pastorales, políticas y sociales del recientemente extinto Sumo Pontífice.

No lo era para el alto clero ni mucho menos para los cardenales. El día 7, horas antes de iniciarse el Cónclave Cardenalicio, Criterios Digital publicó:

“AHÍ VIENEN LOS GRINGOS

“Sonará raro, pero del rancio y escandaloso catolicismo estadounidense ha surgido un candidato que está acumulando fuerza para ganar. Él es el cardenal Robert Francis Prevost, nativo de Chicago.

“Su fuerza no proviene de Estados Unidos y hay quienes lo definen siendo ‘el menos gringo de los gringos’, ya que su pastoral la ha desarrollado en Hispanoamérica, donde incluso fue obispo en Perú. Tiene el respaldo del cardenal Óscar Rodríguez Madariaga, un personaje influyente en la Santa Sede. Prevost garantiza la prolongación de la política religiosa de Francisco, es decir, del ala progre del catolicismo mundial. La clave está en las alianzas, en sumar los votos de quienes desde en medio de las posiciones observan para elegir entre conservadores y liberales. Hoy se inicia el Cónclave Cardenalicio en una hirviente Capilla Sixtina que atestiguará las humanas pasiones de poder de los ‘príncipes de la iglesia’”.

(Foto: El entonces obispo de Chiclayo, hoy Papa León XIV, en labores de asistencia a afectados por una inundación, en Perú.)