Armando Martínez de la Rosa

Cosas hay de la incongruencia que no entiendo. ¿Será que ya me quedan pocas neuronas? Puede ser, pero veo esto.

Los diputados del partido del gobierno y achichincles ilegalizaron ayer el uso de vapeadores -el artefacto para “fumar” vapor de agua- porque, aducen, dañan a la salud.

En 2021, con esos mismos ya en el poder, se publicó la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológicos, que permite el uso de la mariguana en investigación farmacológica, fabricación de medicamentos bajo control de la Cofepris, producción primaria “con fines específicos” y diagnósticos médicos con fines preventivos, terapéuticos, de rehabilitación y cuidados paliativos.

Además, se permite para consumo propio hasta 30 gramos de esa hierba, esto es, quemar tantos churros de grueso calibre como para apestar un estadio.

Son los mismos que quieren prohibir las corridas de toros, la caza y la pesca deportiva y antes aprobaron el aborto humano con desparpajo tal como si cantaran la canción de Alejandro Fernández: “sin tantita pena”.

En el Cantar de Mío Cid, Rodrigo Díaz de Vivar dialoga con el rey Alfonso VI y le dice en castellano antiguo: “Muchos males han venido por los reyes que se ausentan”. Y contesta el monarca: “Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras”, que en español contemporáneo significa “Cosas tendréis (veréis), Cid, que harán hablar las piedras”.