Armando Martínez de la Rosa

** Es una tradición del siglo 19, cuando la mayoría de la población era rural.

A diferencia de la mayoría de los países democráticos o que se dicen democráticos, que votan en domingo, en Estados Unidos las elecciones se efectúan el primer martes después del primer lunes de noviembre.

Los constituyentes analizaron cuál es el mejor día del año para votar. Primero, determinaron que fuese en otoño, cuando el clima aún es benigno, ya han pasado las siembras y las cosechas. Así se decidieron por noviembre.

Pero, ¿qué día de noviembre? Descartaron el domingo porque es día de oficios religiosos de los que no deben sustraerse los votantes. El lunes fue desechado por ser inicio de labores de la semana. Al mismo tiempo, rechazaron el miércoles, día de comercio de vegetales y ganado. Sólo quedó el martes, y fijaron que fuese el primer martes después del primer lunes de noviembre.

¿Y por qué en lugar de un conteo universal de votos los constituyentes decidieron el sistema de representantes o delegados al Colegio Electoral nacional? La razón es, de nuevo, la sociedad rural de ese entonces. Trasladar las papeletas de votación por caminos rurales solitarios y en largas distancias, ponía en riesgo que llegaran a su destino, sobre todo por los salteadores de caminos. Enviar un representante o delegado era más seguro.

Hipotéticamente, el delegado lleva un mandato: votar en el Colegio Electoral por el candidato que había ganado en su estado. Sin embargo, tiene la facultad de cambiar el voto en el Colegio Electoral, cosa que casi nunca ha sucedido.

El sistema de delegados ha generado debates, pero permanece. Estados Unidos es una de las naciones más reticentes a modificar sus tradiciones. Igualmente, se ha pretendido, sin éxito, cambiar el método de elegir delegados por el del voto universal, esto es, contar todos los votos del país y el candidato que obtenga más sería presidente. En 2016, Hilary Clinton obtuvo más votos en el total nacional que Donald Trump, pero éste ganó más delegados estatales y fue presidente.

Cada estado se impone las normas electorales que considere pertinentes, desde la edad mínima de votar -la mayoría es a los 18 años, pero un estado lo permite a los 17-, casi todos exigen demostrar residencia en la entidad donde sufragará, pero unos pocos no exigen cumplir tal requisito.

Desde hace unos años, se permite el voto adelantado por correo postal y ahora por correo electrónico. Varios millones de ciudadanos han sufragado ya por esa vía para los comicios de hoy.