Armando Martínez de la Rosa

** Progresistas y conservadores intentan atraer votos para formar la mayoría de 2 tercios más uno. ** Avanzan 2 candidatos liberales, el francés y el portugués. Se les suma un estadounidense.

Bajo el mando del poderoso cardenal Pietro Parolin, de 70 años, una corriente trata de apoderarse del trono de San Pedro en la elección del Sumo Pontífice que se inicia hoy en la Capilla Sixtina de El Vaticano.

Parolin tiene el apoyo de otros 2 poderosos cardenales italianos, Marcello Semeraro y Beniamino Stella, que maniobran para acumular votos tanto de progresistas como de conservadores. No parecen tenerlas todas consigo, sobre todo porque su intención es un discreto borrón y cuenta nueva de la política del Papa Francisco. Fue este último quien nombró a la mayoría del Colegio Cardenalicio.

De otro lado, enfrente, se perfilan 2 cardenales de abierta posición progresista, como quiera que el término se entienda. Son el francés Jean Marc Aveline y el portugués José Tolentino de Mendonca, prefecto de cultura y poeta. Si mueven sus conexiones adecuadamente, de entre ellos podría surgir el nuevo pontífice. Provenientes de países europeos -Francia y Portugal- de profunda religiosidad católica, garantizan la continuidad de las políticas del fallecido Francisco e incluso profundizarlas.

Frente a la dupla, se alza con fuerza un candidato de perfil conservador, el húngaro Peter Erdó, de 73 años, especialista en derecho canónico. Los votos de Erdó, 2 decenas, más o menos, podrían definir el rumbo de la elección en una alianza con los moderados de Parolin.

AHÍ VIENEN LOS GRINGOS

Sonará raro, pero del rancio y escandaloso catolicismo estadounidense ha surgido un candidato que está acumulando fuerza para ganar. Él es el cardenal Robert Francis Prevost, nativo de Chicago.

Su fuerza no proviene de Estados Unidos y hay quienes lo definen siendo “el menos gringo de los gringos”, ya que su pastoral la ha desarrollado en Hispanoamérica, donde incluso fue obispo en Perú. Tiene el respaldo del cardenal Óscar Rodríguez Madariaga, un personaje influyente en la Santa Sede. Prevost garantiza la prolongación de la política religiosa de Francisco, es decir, del ala progre del catolicismo mundial. La clave está en las alianzas, en sumar los votos de quienes desde en medio de las posiciones observan para elegir entre conservadores y liberales. Hoy se inicia el Cónclave Cardenalicio en una hirviente Capilla Sixtina que atestiguará las humanas pasiones de poder de los “príncipes de la iglesia”.