Armando Martínez de la Rosa

** Apenas anunció su postulación y un diluvio de simpatizantes le aportó, en un solo día, 81 millones de dólares para financiar su campaña.

La vicepresidente de Estados Unidos, Kamala Harris, será la candidata presidencial del Partido Demócrata, en relevo de Joseph Biden, quien renunció a la postulación a causa de su bajo rendimiento electoral.

Harris reunió ya el número suficiente y un tanto más de votos de delegados a la Convención Nacional del Partido Demócrata para obtener la candidatura en agosto próximo. Aparentemente, no tendrá contendiente.

Luego de anunciar el domingo que se postularía a la candidatura demócrata, la vicepresidente recibió un diluvio de dólares de simpatizantes para apoyar su campaña. En un día, la cuenta de su postulación obtuvo 81 millones de dólares de 888 mil donantes, la mayoría de los cuales aportan por primera vez, informó The New York Times, ayer. 43 mil de ellos expresaron la intención de continuar aportando.

Así se resolvió la crisis del Partido Demócrata por los yerros e insuficiencias del candidato Joseph Biden, quien finalmente aceptó retirarse dejando a su partido con 6 puntos porcentuales debajo del Republicano de cara a la elección de presidente en noviembre próximo.

Si para el presidente Biden la desventaja parecía irremontable, no parecer serlo para Harris, quien ha despertado entusiasmo en las filas demócratas y en electores sin partido. Aunque el discurso de Donald Trump había agrandado las esperanzas republicanas de devolverlo a la Casa Blanca, el lastre de una política de ultraderecha le pesa mucho al expresidente. Sobre todo la relación con la agenda Proyecto 2025 a la que está ligado.

Proyecto 2025 es un programa de gobierno de un grupo político de ultraderecha de Estados Unidos dirigido por la Heritage Foundation, que sostiene políticas de intolerancia a la inmigración, al aborto y propugna el fin de políticas sociales, entre otras tesis. Trump ha dicho no conocer el Proyecto 2025, pero muchas de sus propuestas de campaña coinciden con el documento y varios de sus más cercanos colaboradores participan ahí. Trump teme que esa ultraderechización le reste votos.

Kamala Harris es la otra cara de la moneda, es una mujer preparada, experimentada en política y en gobernanza. Trump aseguró que sería más fácil vencerla a ella que a Biden, pero la realidad parece no ser esa.

Hija de madre hindú y padre jamaiquino, se inició en política en la defensa de los derechos de las mujeres afroamericanas y de los inmigrantes. Abogada por la Universidad de California, fue fiscal general de California -primera mujer en ocupar tal cargo-, senadora por ese mismo estado electa en 2016 y vicepresidente con Biden. Es defensora de los derechos reproductivos de las mujeres, lo que le dio alta popularidad en su país, cuando estuvo de gira tras el caso Roe vs Wade en que jueces designados por Trump coartaron el derecho al aborto asistido por el Estado.

Su condición de vicepresidente le da a la vez la presidencia del Senado para resolver casos de empate en las votaciones. Ha usado esa facultad 32 veces.

Con la candidatura de Harris, las expectativas demócratas de refrendar la presidencia han crecido. Será una elección muy competida.