Armando Martínez de la Rosa
** Desde el lunes, Chapitos y Mayitos se enfrentan en batallas cada vez más extensas. ** El estado, paralizado y aterrorizado. ** El presidente López les pide “un mínimo de responsabilidad”.
Sinaloa cumple una semana de guerra. Desde el lunes, Chapitos y Mayitos se enfrentan en batallas callejeras cada vez más extensas ante la pasividad del Ejército y la Guardia Nacional y el presidente Andrés López llamando a los narcos a tener “un mínimo de responsabilidad”.
Comprobado ya por los hechos que Ismael El Mayo Zambada no se entregó a Estados Unidos, sino que fue traicionado por su ahijado Joaquín Guzmán López, el fuego lo abrieron los Mayitos, que incursionan en territorio de los Chapitos. Cientos de vehículos con hombres armados de ambos bandos circulan día y noche por Culiacán y las sindicaturas cercanas y la guerra se extiende a los municipios del norte del estado, Elota, Cosalá, Guasave y Costa Rica. Las patrullas del ejército, la Guardia Nacional y la policía estatal se mueven y llegan a los sitios de enfrentamiento mucho después de terminadas las escaramuzas.
El gobernador Rubén Rocha Moya, señalado de relaciones con el Cártel de Sinaloa y pieza clave en la traición al Mayo, se mantiene casi escondido. Afirma que todo está bajo control, pero ha suspendido los festejos de la independencia nacional en su estado, las clases escolares están suspendidas en todos los niveles, empresas de muchos giros han cerrado sus puertas por miedo al fuego cruzado, el transporte público está trastocado y funciona sólo parcialmente al grado de que patrullas de policía suplen el servicio.
A tal grado ha llegado la pasividad gubernamental que Rocha Moya les ha pedido a los narcos que recojan los cadáveres de sus compañeros abatidos en los enfrentamientos para no aterrorizar a la población.
Hasta ahora, el Ejército detuvo a sólo 11 civiles armados y les decomisó 3 vehículos, luego de que un militar fue herido en un ataque de criminales.
Hay al menos 12 personas desaparecidas, 9 asesinadas e incontables heridos, incluidos civiles ajenos al enfrentamiento.
López Obrador sostuvo ayer que el gobierno federal ha enviado tropas a Sinaloa “para garantizar la paz”. Sin embargo, la guerra se extiende cada día más. Muertos, bloqueos, vehículos incendiados o robados, es el escenario de Culiacán y sus alrededores.
Según especialistas, cada bando tiene entre mil 500 y 2 mil pistoleros. A las fuerza del Mayo se han unido otras facciones del cártel, en tanto otras se unieron a los Chapitos.
Otros expertos en crimen organizado apuntan que eventualmente la guerra entre ambas bandas podría extenderse a estados donde ambos tienen intereses y presencia.