Armando Martínez de la Rosa
Despacho Político
Muy bien. Desde hoy jueves, 6 cárteles mexicanos de las drogas están catalogados de organizaciones terroristas extranjeras por el gobierno de Estados Unidos.
Desde hace semanas, Washington ha enviado aviones y drones a cielos mexicanos a espiar a los narcos, ahora terroristas. Y barcos de guerra a navegar por aguas mexicanas -dice el secretario de Marina que son aguas internacionales- cerca de las costas nacionales para el mismo fin: ubicar a los desde hoy terroristas.
Aunque en el discurso “nacionalista” la presidenta Claudia Sheinbaum pregona la defensa de la soberanía ante eventuales incursiones extranjeras a suelo mexicano, lo evidente es que Estados Unidos tiene ya la anuencia oficial mexicana para entrar con drones, aviones y barcos a tierra y agua soberanas de México.
¿Qué va a suceder? Los narcoterroristas serán perseguidos, capturados muchos de ellos y otros se esconderán donde mejor puedan, se tranquilizarán unos meses y luego volverán a asomar la cabeza y a reanudar actividades. Habrá imagen de paz y el tráfico a Estados Unidos se reanudará en la cantidad que la demanda fije. Y vuelta a combatir y a las presiones de Washington.
El asunto, sin embargo, tiene otra cara que ni México ni Estados Unidos han abordado -no al menos públicamente- el de los narcopolíticos que protegen al narco ahora terrorista y se benefician personal y políticamente del financiamiento de los bandidos.
Desde personajes de la alta política, de hoy y antes y del pasado inmediato también, hasta gobernadores, alcaldes, diputados, senadores y toda esa birria política que desgobierna a México. Los hay en todos los partidos, aunque ahora los tiene en abundancia el partido hegemónico, Morena.
Los narcopolíticos incluyen fauna nociva entre policías, militares, aduaneros, empresarios ligados por negocios al poder político y hasta líderes sindicales.
Sólo una pregunta: Y a esos, ¿cuándo?
P.D. Asegura la presidenta Sheinbaum que para defender la soberanía, cuenta con el respaldo del pueblo. Qué bueno. Por sí o por no, que empiecen a reclutar soldados emergentes entre quienes votaron por ella. Y sus fanáticos en primera línea de fuego. Lo digo porque otra parte del pueblo está de acuerdo con que se combata al narco, aunque sea necesaria la ayuda extranjera. Aquí, fronteras adentro, la soberanía está vilipendiada por el narco y la narcopolítica.