** La psicología de la memoria, junto con otras técnicas, “permite evaluar aspectos personales, sociales, y la información colateral que se añade a la carpeta de investigación”.

En la conferencia “La psicología del testimonio y sus procesos de memoria”, Emmanuel de Jesús Espinoza Rodríguez, profesor de la UNIVA, explicó la utilidad de esta disciplina, que proviene de la psicología forense y jurídica. La conferencia que dio fue parte de la Expo Neuro 2024 que organizan, desde hace ya varios años, la Universidad de Colima y la Universidad del Valle de Atemajac.

La psicología del testimonio, explicó Espinoza Rodríguez, se deriva de la psicología social, experimental y cognitiva, “y se encarga del estudio de credibilidad y exactitud de los relatos o las declaraciones”. Si bien, compartió, es utilizada en distintas declaraciones, tiene mayor utilidad en delitos como violencia sexual, física o intrafamiliar.

Esto se debe a que pueden existir falsas memorias, recuerdos implantados o incluso recuerdos reprimidos. “Una víctima o un testigo, por ejemplo, puede proporcionar una versión basada en un recuerdo. Lo que hacemos, entonces, es analizar en primera instancia la exactitud de sus declaraciones estudiando los procesos neuropsicológicos, también conocidos como funciones ejecutivas, como el lenguaje, la memoria, la percepción y la orientación espacial”.

Cuando se habla de falsas memorias, explicó que es posible que la información esté falseada o influida por un sesgo contextual o confirmatorio. Además, señaló que, al relatar un hecho, las personas pueden ser influenciadas o recibir sugerencias que introduzcan ideas, ya que nuestra memoria no es infalible y puede presentar errores.

La psicología de la memoria, junto con otras técnicas, “permite evaluar aspectos personales, sociales, y la información colateral que se añade a la carpeta de investigación”. Aclaró que la psicología de la memoria “no ayuda a crear hipótesis, ya que también se tienen que tomar criterios como la edad, la cultura y las creencias”.

Advirtió que también se debe cuidar la variable de la simulación, ya que muchas veces las personas pueden estar exagerando. “En contextos legales es muy común que esto se dé cuando al demandar adquieres un beneficio; lo haces por venganza o a lo mejor para ganarle a un seguro. Por otra parte, existe la disimulación y disminución del síntoma; es decir, las personas te ocultan el síntoma. Si controlas esa variable con alguna prueba psicométrica estandarizada, pudiera ser que desde ahí te des cuenta de si hay algunos de estos síntomas”.

¿Entonces, qué tan válida la psicología del testimonio en un juicio?

“Lo que hacemos -dijo- es explicar qué tanto el relato se acerca a la credibilidad, no si es falso o verdadero. Por eso trabajamos desde dos principios: la exactitud, viendo los procesos de las funciones ejecutivas y la credibilidad con instrumentos, con entrevistas, con información colateral, y el análisis de todo, cuidando no caer en sesgos contextuales, subjetivos o malas interpretaciones, sino más apegados a la parte científica”.

Quien finalmente decide el peso que tiene e incluso si el testimonio es creíble, es el juzgador, “porque tiene otros fundamentos, otras pruebas documentales, testimoniales, y la psicológica no es la única prueba, porque cada caso se compone de varias pruebas”.

En México, compartió Jesús Espinoza, la psicología del testimonio está en pañales y puede deberse a varios factores. “He hablado mucho sobre la reeducación al sistema judicial, al sistema penitenciario y al sistema de seguridad, todas las áreas que engloba la psicología jurídica, ya que se desconocen todas las funciones del psicólogo forense y a veces no queda claro cuál es esa función”.

También considera que no se le da tanta apertura a este tema en el currículum de las universidades. “Creo que deberían darle más énfasis, porque sí existe la psicología forense y sí hay psicólogos de esta especialidad en distintas áreas del sistema judicial”.