Armando Martínez de la Rosa

Despacho Político

Hace décadas, la comunidad indígena de Zacualpan se encontraba dividida en 2 bandos confrontados entre sí. Una fracción se identificaba con el PRI y otra con el PAN. El entonces diputado local panista Norberto Joya León guiaba a la fracción identificada con su partido.

Las quejas de la comunidad iban y venían sin remedio. La gobernadora Griselda Álvarez prestó atención al conflicto y resolvió algunos problemas. Sin embargo, la comunidad continuó marginada.

La zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez resentía escasez de agua potable. Los pozos profundos que la abastecían resultaban ya insuficientes. El 25 de junio de 1997, el Diario Oficial de la Federación anunciaba la expropiación de terrenos ejidales y particulares para tender un acueducto de 5 kilómetros que llevaría agua potable de los manantiales de Zacualpan, municipio de Comala, a las ciudades de Villa de Álvarez y Colima. Era gobernador Carlos de la Madrid. La obra se terminó durante el gobierno de Fernando Moreno.

Años después, llegó a la comunidad de Zacualpan un entonces activista de izquierda que convenció a muchos comuneros de convertirse en “guardianes del agua”, los bosques y la minería del lugar. Era Vladimir Parra Barragán, quien se convirtió en guía político de la mayoría de los indígenas. De verbo radical, a la primera oportunidad expresaba junto con los líderes comunitarios las más diversas quejas.

Un cierto día, en medio de uno de tantos conflictos, los convenció de tomar la planta de bombeo del acueducto, apagar los motores y dejar sin agua a la zona conurbada. Había persuadido a los indígenas de que ellos y sólo ellos eran los dueños del agua, aunque la Constitución establezca que las aguas son propiedad de la nación.

Así continuó Parra. En 2018, habiendo ganado Morena, su partido, la presidencia de la república, en Colima seguía gobernando el PRI y Vladimir consideraba que oponérsele significaba un buen tajo electoral y político. El 1 de agosto de ese año, por ejemplo, Parra Barragán publicó en Facebook lo siguiente: “Mi compañera Araceli Garcia (sic) Muro y un servidor acompañamos a los compañeros comuneros de Zacualpan, quienes acudieron a la Comisión de Derechos Humanos a exigir resolución a sus demandas, como lo son la liberación del ojo de agua, la cancelación de la concesión minera y la falta de personal médico en la comunidad que provocó la muerte de un hombre mayor hace unos días. Daremos seguimiento a todo el proceso. Zacualpan resiste, la lucha sigue”.

Con el paso del tiempo, Parra se convirtió en funcionario. Lo asignaron a la dirección de Ciapacov, pese a incumplir algunos requisitos profesionales indispensables para ocupar el cargo. Comprobó la veracidad del dicho popular que reza: No es lo mismo ser borracho que cantinero. Claro, el borracho habla, reta y grita; el cantinero, calla y aguanta.

Ayer, la Ciapacov que dirige Vladimir Parra emitió un comunicado en que expone que pese a los intentos de diálogo con los zacualpeños, el problema persiste. Por supuesto, si el funcionario dejó plantados a los comuneros anteayer, cuando le solicitaron acudir a dialogar. Ante el desaire, los indígenas han elevado la demanda: Mientras no acuda la gobernadora Indira Vizcaíno Silva a conversar con ellos, los motores estarán apagados y la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez con cada día menos agua disponible.

Parra Barragán, a quien los comuneros llaman traidor, está ahora en la circunstancia de explicarles a los indígenas que no son dueños del agua ni de las riquezas del subsuelo, esto es, lo contrario a lo que predicaba antes de que su partido llegara al poder. Deberá decirles que tampoco son “guardianes del agua” ni tienen derecho alguno sobre los minerales del subsuelo mientras no los “denuncien” (den aviso) ante el gobierno federal y éste les otorgue una concesión minera.

Mientras tanto, el conflicto del agua persiste gracias a las añejas enseñanzas del hoy director de Ciapacov. La población de la zona conurbada padece ya las consecuencias del corte del suministro de agua. Y será la gobernadora Indira Vizcaíno Silva quien dé la cara ante los comuneros por la ineficiencia de su funcionario.

¡Cómo cambian los tiempos! ¡Cómo cambia el poder político a las personas!