Armando Martínez de la Rosa
Despacho Político
Trabajadores despedidos injustificadamente del hotel Tesoro, de Manzanillo, protestaban ayer frente a la sede del Poder Judicial del Estado. Reclamaban justicia a su demanda laboral que presentaron ante las autoridades en 2022. La jueza del caso no ha emitido sentencia.
Antes, en 2022 precisamente, los trabajadores anunciaron que irían a huelga ante los abusos de la empresa. La policía municipal de Manzanillo y la estatal irrumpieron en el lugar de la protesta, reprimieron a los empleados y les desmantelaron el mitin.
Ambas corporaciones estaban bajo el mando de 2 gobiernos de Morena, el municipal de Griselda Martínez Martínez y el estatal de Indira Vizcaíno Silva, peleadas entre ellas, por cierto. Gobiernos que se proclaman de “izquierda” reprimiendo protestas laborales de trabajadores. Gobiernos de “izquierda” apaleando trabajadores para defender los intereses de una empresa privada.
Lo mismo ha sucedido con trabajadores del Poder Judicial de la Federación reiteradamente hostigados, reprimidos por el gobierno de otro “izquierdista”, Andrés López, por oponerse a sus paparruchas de “elegir” jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación. “Elegidos” de los enlistados por ellos mismos, los “izquierdistas”.
De “izquierda” se autodefinen el gobierno federal y sus filiales estatales que han repartido abrazos al narco como si estuvieran sonando las 12 campanadas de la fiesta de Año Nuevo. Los tales abrazos tienen al país sumido en la narcoviolencia cada día más: Sinaloa, Colima, Morelos, Chiapas, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Tamaulipas, Ciudad de México y muchos más, y derivando el crimen en estos días a Querétaro que antes fue pacífico.
También son de “izquierda” y democráticos los gobiernos que amenazan, extorsionan y sobornan a diputados y senadores de otros partidos para completar los votos que necesitan para legislar e imponer normas constitucionales asaz autoritarias, y de paso, anular cualquier recurso legal contra sus abusos legislativos, o bien, para imponer, por ejemplo, a una inútil presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la sumisa e impreparada señora Piedra Ibarra, cuyo único mérito consiste en ser hija de Rosario Ibarra de Piedra, ejemplar, ella sí, luchadora de izquierda auténtica.
Se llama de “izquierda” un gobierno que dobla las manos, se arrodilla y se somete a Donald Trump para convertirse en contención de inmigrantes, para hacerle a Estados Unidos el trabajo sucio. Y que va a repetir la receta cuando retorne Trump a la Casa Blanca.
Con la misma desfachatez se autodenomina de “izquierda” un movimiento que ha destruido el sistema público de salud con el pretexto de “combatir la corrupción” de políticos del pasado, pero no ha puesto tras las rejas a ninguno de esos “acusados” de corruptos, fantasmales corruptos. ¿O intocables corruptos?
De “izquierda” se dice el partido-movimiento-gobierno que ha rescatado de la pudrición política a ejemplares como Manuel Bartlett, Layda Sansores, Félix Salgado Macedonio, Miguel Ángel Yunes, entre muchos otros, para hacer suya esa misma pudrición, y la tolera y encubre cuando la cometen los de sus filas.
Y en las ceremonias, los informes, los discursos, sus congresos, se llenan la boca de palabrería de “izquierda” a sabiendas de que mienten. ¿Será para calmar sus conciencias luego de que la realidad les empieza a causar escozor y les demuestra que no sirven ni para un barrido y un trapeado?
Paparruchas, cuentos. Les regalo un poema de León Felipe para que entiendan sus propios cuentos:
“Yo no sé muchas cosas, es verdad./ Digo tan sólo lo que he visto./ Y he visto:/ que la cuna del hombre la mecen con cuentos,/ que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,/ que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,/ que los huesos del hombre los entierran con cuentos,/ y que el miedo del hombre…/ ha inventado todos los cuentos.// Yo no sé muchas cosas, es verdad,/ pero me han dormido con todos los cuentos…/ y sé todos los cuentos”.