Armando Martínez de la Rosa

** Narran madres sus historias y claman por sus hijos. ** La celebración eucarística, en la Plaza de Desaparecidos.

El obispo de Colima, monseñor Gerardo Díaz Vázquez, ofició una misa ayer a madres y familiares de personas desaparecidas en la Plaza de los Desaparecidos en Colima, en La Piedra Lisa, con motivo del 10 de mayo.

Antes de iniciarse el oficio, varias madres externaron sus testimonios acerca de sus hijos desaparecidos y clamaron por encontrarlos.

También antes de la misa, el obispo Díaz Vázquez afirmó que “hemos perdido sensibilidad al dolor humano y reprochó la indiferencia social ante el sufrimiento de las madres que buscan a sus hijos.

Monseñor Díaz Vázquez exhortó a las madres buscadoras a acudir a la palabra de Dios porque alienta y da vida. Y dijo que “tenemos que sanar el dolor personal, el dolor colectivo y el dolor social”, en referencia a las mismas mujeres.

“Tenemos que sanar a una sociedad que está herida, lastimada” y llamó a las madres buscadoras “voz profética de la sociedad”.

Las madres explicaron que este año, en esta fecha, omitieron marchar por las calles de Colima porque habrían acudido sólo quienes estaban reunidas en misa, aunque el centro de la ciudad estaría lleno de gente. Indicaron que incluso algunos familiares suyos son indiferentes ante el sufrimiento de ellas y poco solidarios.

En cambio, hay personas que las ayudan y las acompañan sin ellos tener familiares desaparecidos. Luego de la eucaristía, el obispo Díaz Vázquez ofreció estar con las madres buscadoras más de una vez al año, y acordaron reunirse el 30 de agosto, Día Internacional de las Personas Desaparecidas.